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Una de las mentiras más grandes de la administración del Comandante Hugo Chávez fue el alardeado cambio de nuestro signo monetario por una nueva moneda que, en teoría, defendería su valor adquisitivo de los efectos de la inflación. Ese nuevo Bolívar, llamado Bolívar 'fuerte' (VEF), fue cambiado por 1.000 de los Bolívares antiguos el primero de enero del 2008, lo que obligó a sustituír el papel moneda y acuñado en circulación, y actualizar todos los sistemas contables y administrativos del país a enormes costos. Año y medio después del cacareado cambio lo único que ha mejorado es que es más fácil escribir los cheques (porque las cantidades son menores en un orden de un mil) y que el Quicken y otros programas administrativos no hay que hacer múltiples entradas cuando las cantidades son de más de 7 dígitos, pues muchos de ellos no aceptaban cifras superiores a 9.999.999,99. El mayor fraude En materia inflacionaria la historia es inequívoca: el VEF ha sido un contundente fracaso. En el 2008 el Indice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 27,%, y en lo que va de 2009 el aumento acumulado es de 13,1%. La inflación no sólo no ha disminuído sino que se ha acelerado. De más está decir que este índice inflacionario del Banco Central de Venezuela (BCV) es de laboratorio, pues cualquiera que vaya al mercado sabe que los precios han experimentado alzas mucho mayores. Sin embargo, el mayor fraude del VEF no está en el deterioro de su poder adquisitivo sino en su carencia de respaldo por las reservas internacionales del BCV, que han sido objeto de constante deterioro. En efecto, el primero de enero del 2008, cuando se introdujo el VEF, la liquidez monetaria (M2) se ubicaba en VEF 153.224.610.000 y las reservas internacionales en US$33.473.000.000. Al cierre de Julio de 2009, M2 había aumentado en un 37% a VEF 210.329.450.000, y las reservas internacionales se redujeron en un 10% a US$30.231.000.000 (Fuente: BCV). El efecto neto del aumento de M2 y la reducción de las reservas internacionales es que por cada dólar de reservas hay 6.96 VEF en circulación, o dicho de otra manera, sólo el 31% de los VEF en circulación tiene respaldo en moneda dura.El cuadro anexo refleja de manera dramática el fenómeno explicado, graficando el incremento de M2 y la reducción de las reservas que deberían respaldar a nuestra moneda: Esta situación no es sostenible, pues el tipo de cambio implícito, vale decir, el cociente que resuulta de dividir M2 entre las reservas internacionales, arroja una paridad de 7 Bolívares 'fuertes' por un USD, muy similar a la que reporta el mercado paralelo en VenezuelaFX. Los mercados podrán ser diabólicos, pero saben valorar los activos mejor que los gobiernos robolucionarios. La pirámide Como si esta situación no fuese de por sí complicada, el Ejecutivo Nacional enfrenta una caída sin precedentes en las exportaciones de crudos en un período de recesión en las economías desarrolladas, que ha traído como consecuencia una disminución en el consumo de combustibles fósiles y la predecible reducción en sus precios de venta. El gobierno nacional, en lugar de reducir sus gastos, ha acometido un política de endeudamiento de altísimo costo que debilita aún más las cuentas externas de la Nación y socava aún más nuestro signo monetario. Estamos pues frente a la pirámide de nuestra moneda, una pirámide creada no por un Madoff o por un Stanford, sino por un gobierno. La pirámide de una moneda que no está respaldada adecuadamente y cuyo poder adqusitivo es cada vez menor. La pirámide creada por un Banco Central. O dicho de otra manera, el Bolívar Fuerte (VEF) es al Banco Central de Venezuela los que los CD's eran a Stanford International Bank. Lamentablemente no tenemos un Tribunal de Quiebras que detenga este fraude, y a los venezolanos no nos queda más que salvar lo que se pueda, cambiando nuestros haberes a monedas cuyos bancos centrales demuestran la prudencia y cordura inexistentes en el nuestro REGRESAR |
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