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1 ¿Temer que un terreno privado pase a ser de utilidad pública es un incentivo para la construcción? Es un generador de improvisación. Y los escasos terrenos libres en las grandes y medianas ciudades serán llenados con lo primero que le garantice a la persona que podrá conservar su propiedad. ¿Llenar de nuevos apartamentos San Cristóbal o Caracas? ¿Y la suficiencia de agua, vialidad, estacionamiento o electricidad? La ley presiona a construir lo que sea, para no perder el terreno. Arrebata una competencia claramente municipal y una importante fuente de ingresos por impuestos y por proyectos de desarrollo a partir de fondos creados con los constructores, transparentes para la comunidad.
2 ¿Qué determinantes son necesarios para incentivar la construcción? En Venezuela existe la capacidad en las comunidades y en las empresas y los gobiernos locales para repotenciar o construir nuevas comunidades. No es necesario que el Gobierno construya, basta con estimular a la gente con cooperativas, asociaciones civiles o empresas. Definir claramente los estímulos, las reglas y el papel supervisor del Estado. Hay que llamar a los que saben, por ejemplo, a la Fundación Vivienda Popular, que trabaja para transformar barrios en urbanizaciones por el empeño de los vecinos. La ley no estimula, sino que centraliza y paraliza.
3 ¿Deben crecer las ciudades?, es decir, ¿soportan más población? La nueva ley contradice varios anuncios presidenciales sobre el modelo de desarrollo. Reconcentra a la población en el eje norte costero, pues las tierras 'ociosas' están en las grandes ciudades, no en las pequeñas. Reitera el modelo más cuestionado por los expertos. Deja sin voz a las comunidades.
4 ¿Se está incentivando la construcción de ciudadesdormitorio? Entre otras cosas, pues se buscarán terrenos ociosos para hacer casas solamente. ¿Por qué no hacer centros laborales en lugares como Cabudare o Guacara que los conviertan en autosustentables?
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