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A yer el Presidente de la República, después de ser apaleado en la reciente reunión extraordinaria de Unasur, en Bariloche, Argentina, se reunió con los corresponsales de las agencias internacionales de noticias. Para fortuna de los ciudadanos, tenemos en Caracas muy buenos corresponsales extranjeros que logran acceder al jefe del Estado y ejercen el derecho de la prensa a formularle a Chávez preguntas directas y rotundas sobre los problemas de Venezuela.
Si no fuera por estos corresponsales, nadie podría interrogar al mandatario nacional sobre las actuaciones del Gobierno, las próximas políticas económicas que nos caerán encima y la gira inmediata que emprende ahora el jefe del Estado para fortalecer sus alianzas con lo más podrido de la esfera internacional, valga decir, Libia, Argelia, Siria, Irán, Bielorrusia y Rusia.
Recordemos que, en Libia, el coronel Muammar Khadafi lleva 40 años en el poder, Buteflika cumple una década de violencia y represión en Argelia, Alexandr Lukashenko, de Bielorrusia, es un estalinista que secuestró el poder en 1994 y se ha hecho reelegir infinitamente, y Bashar Assad, presidente de Siria, sucedió a su padre en el poder desde el año 2002. En Rusia, el presidente Medveded es un simple títere de Putin, y en Irán está en el poder Mahmoud Ahmadinejad, que se reeligió sobre una montaña de gente reprimida, torturada y violada.
¿Qué puede pensar la Venezuela decente y honesta de esta gira del circo bolivariano y de su máximo empresario? Nada que no sea malo para Venezuela. Pero el timonel de la revolución les dice a los corresponsales que tiene en su agenda 'una serie de objetivos políticos y económicos que demuestran la gran dinámica en la que ha entrado la revolución bolivariana en su política exterior'. Pues, que tenga cuidado si no le roban la cartera en esos aeropuertos.
Ahora bien, ¿por qué se escapa Chávez como un cohete de la situación tan crítica de la economía venezolana? ¿Por qué no se queda y da la cara frente a las consecuencias de los anuncios de política económica que todo el mundo espera con ansiedad para decidir qué debe hacerse en este último trimestre del año? ¿Tan malas son las medidas que deben darse a conocer por parte del Gobierno nacional? ¿A qué se debe su miedo inexplicado? Ayer, nuestro cada vez más descocado Presidente de la República propuso 'lanzar por Internet una campaña con el nombre Yanqui Go Home! en rechazo al imperialismo' y en respuesta a las marchas mundiales en su contra convocadas a través de las redes sociales Facebook y Twitter. En verdad, si teníamos alguna duda sobre la estabilidad emocional del poder político y militar en Venezuela, ya éstas han quedado más que aclaradas.
Que el poderoso gobierno revolucionario le tenga miedo a una campaña juvenil llevada a cabo a través de Facebook no sólo impulsa esa misma campaña, sino que le da un relieve importantísimo a esta red social como canal de lucha contra los autoritarismos: ¡Chávez go home! En Cuba lo espera Fidel.
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