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La Ley Orgánica de Educación es un hecho consumado y solo una movilización popular con una gran carga de violencia haría quizás retroceder a este gobierno antidemocrático.
Recordemos que se rechazó la propuesta de reforma constitucional en el año 2007 pero la Asamblea Nacional ha aprobado leyes vitales para el socialismo del siglo XXI y lo seguirá haciendo. ¿Cómo oponerse en la práctica educativa de todos los días a la LOE? Esta pregunta no es fácil de contestar pero sin duda su respuesta es sustantiva para todos los que creemos en los principios de libertad, equidad, universalidad y calidad en la educación. Me referiré a las universidades autónomas partiendo de las siguientes premisas: a) La ley debe ser entendida no solo desde sus principios rectores, inconstitucionales algunos, sino desde los objetivos del Proyecto Nacional Simón Bolívar Primer Plan Socialista 2007- 2013 y desde la práctica sectaria y excluyente del oficialismo en diversas instancias de la vida social. b) El gobierno no es tonto. Aunque su espantosa ineptitud, la resistencia electoral de la mitad del país, los hábitos democráticos y hasta cierta desidia traducida en resistencia a cualquier cambio han impedido que cumpla por completo sus designios autoritarios, la revolución tiene dinero, organización y militantes dispuestos a todo (por interés o por convicción).
Tratará de que los estudiantes, empleados, obreros y docentes chavistas se agarren de la ley para convertir las universidades autónomas en un caos. La vida institucional sería inviable, con la consiguiente estampida profesoral, la salida de autoridades electas y la intervención de nuestros centros de educación. c) Este gobierno revolucionario-populista no está interesado en la calidad de la enseñanza sino en el reparto clientelar de títulos como forma de recabar apoyo político. Para ello se sirve del lenguaje de la inclusión oponiéndolo al supuesto carácter elitista, clasista y hasta racista de las universidades autónomas, olvidando por completo que éstas han sido tradicionalmente bastiones de la izquierda intelectual venezolana.
¿Qué hacer? a) Conocer la LOE en profundidad, sopesar argumentos a favor y en contra, y dejar de hablar de la educación religiosa o de escenarios pavorosos que aún no existen. b) Hacer resistencia pacífica y muy activa a la ley aprovechando las lecciones de otros países no democráticos: más acción de base y menos habladera. La frontalidad puede ser ineficaz como fue en el caso de la abstención electoral (2004-5) y de la huelga que propició el despido masivo en PDVSA. La UCV se ha opuesto a casi todos los gobiernos y podrá seguirlo haciendo en la defensa de principios constitucionales hasta que nos saquen por la fuerza. c) Luchar respecto a las reglamentaciones y leyes antes de que se aprueben. d) Propiciar (dificilísimo, no imposible) escenarios despolarizados con profesores, estudiantes, empleados y obreros oficialistas.
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