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Una conversación sincera y concreta entre padres e hijos sobre los cambios que traerá a las aulas la nueva Ley Orgánica de Educación (LOE) puede aliviar la tensión que ha generado la aprobación de la norma en algunos hogares y preparar a la familia para afrontar con optimismo el regreso a clases.
Lo primero que recomienda la psicóloga Mercedes Manrique es no forzar la discusión, sino esperar a que los niños pregunten sobre el tema o que éste surja en una conversación.
Una vez que esto ocurra, la especialista sugiere a los padres reafirmar que este regreso a la escuela será igual a cualquier primer día de clases, pues así se evita generar ansiedad con base en expectativas catastróficas.
Si van a hablar sobre la nueva legislación en familia, exhorta a que se haga de forma específica y que se provean ejemplos concretos sobre por qué se está a favor o en contra de la LOE.
'El padre tiene que explicar que los valores que defiende en el foro familiar no pueden estar en contradicción con los valores sociales; y que cuando hay una contradicción el adulto tiene derecho a protestar y pedir aclaraciones', señala.
Manrique advierte que los calificativos no favorecen la reflexión en torno a la normativa, más bien pueden llegar a entorpecer la charla en el hogar.
'Los adjetivos no llevan a ninguna argumentación que tenga una base válida, el calificativo se desprende de las duplas me gusta/no me gusta, es bueno/ es malo; hay que hablar sobre hechos y consecuencias sin utilizar palabras que disparan alarmas, generen miedos e impiden ver cuáles son las posibilidades que hay a favor', alerta.
Asimismo aconseja transmitir a los niños que la controversia no será eterna, pues la comunidad está tomando acciones -de forma organizada- para generar un cambio positivo.
Respetar las diferencias El debate que ha generado la Ley también brinda a los padres y representantes una oportunidad para involucrarse más en el proceso formativo de los jóvenes.
'La angustia es de los padres (...), no nos queda más remedio que tener una actitud vigilante y ponernos en contacto con lo que están aprendiendo y cómo se les está enseñando, cosa muy positiva', señala el psiquiatra Robert Lespinasse.
Quien fuera presidente de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría aboga porque se reestructure la dinámica familiar, de forma tal que los padres dediquen más tiempo a inculcar a sus hijos el sentido de pertenencia o a enseñarles las diferencias entre patriotismo y fanatismo.
'Aún siendo adulto al ser humano le cuesta discriminar estas cosas, pero lo importante es crear una lealtad hacia la familia (...). También hay que crearle un sentido de pertenencia para con el país y nuestros símbolos, pero siempre jerarquizándolos', apunta.
La tolerancia también es un tema que se puede abordar al conversar sobre la normativa. 'Todos los niños han visto a personas defendiendo de forma exaltada un punto. Creo que se pueden tomar ejemplos de la vida cotidiana donde el mismo padre, que está desbordado por la situación, pueda luego reflexionar con sus hijos sobre su conducta', agrega Manrique.
La psicóloga aconseja recordar a los niños lo importante que son las diferencias de criterio y el respeto que merece la opinión del otro. 'La convicción es una palabra clave. Hay que hacerles entender que lo importante es ponernos de acuerdo para mejorar la educación', dice. REGRESAR |
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