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El ideal criterio educativo es el de rechazar la violencia y máxime si abona la guerra civil
El gobierno, por su laudable misión educativa, tiene auctoritas para promulgarla. Plausible extensión la del lapso escolar. Se descuidó la educación al extremo de que en 1992 Harvard reveló que los estudiantes venezolanos, 'entre 32 países analizados', dieron el más bajo rendimiento. Es anticientífico quitar los concursos al nivel universitario: es para la élite. De la áurea autonomía han abusado y no persuade eso de que la universidad haga 'lo que quiera': por eso hasta algunos profesores 'enseñan' que no debe penarse el narcotráfico...
Negóse el imprimátur por el laicizar más la enseñanza; pero ello es justo: debe haber libertad para practicar cualquier religión; pero no debe incluirse la materia religiosa en el currículum ni obligar a los alumnos a recibirla: si un judío se niega a cursar religión católica ¿serían tolerantes los curas? ¡Montarían en santa cólera! Y todos los devotos pueden oír su dogma después de clases. Educar es perfeccionar la potencia cognoscitiva racional. Y la religión es antítesis de la ciencia por ser cuestión de fe o, según Freud, el credo quia absurdum. También debe haber libertad para ser ateo y no querer que a sus hijos se les doctrine en ciencia infusa. Aun en Francia y la clerical Italia se juzgó igual. Lo justo es anhelar que a los hijos se les eduque para ser personas de ciencia y virtud. Nada más.
Es harto justiciero que se prohiba humillar a los estudiantes que deban dinero. También el mejorar las condiciones laborales de los maestros. ¿Se pondrá orden en algunas irregularidades de colegios extranjeros? Algunos mandan cartas en idioma foráneo, sin su traducción al español. Y no erigen ni un busto del Libertador ni la bandera del país que los permite. Creo que el Dr. Caldera o Herrera limitaron que venezolanos estudiaran allí. Tienen aspectos loables; pero debe impedirse que contribuyan a la gran desnacionalización (única en el orbe) que ha mucho sufre Venezuela...
Es irresponsable el rechazar lo del Estado-docente; pero se podría degradar su noble esencia con la antiacadémica atribución a los consejos comunales. La supervisión de lo educativo debe confiarse a profesionales y no a legos. Ojalá que tal extravío teórico no cause una grave intromisión de profanos en arduos problemas técnicos que ignoran y que en la práctica se rebaje así la evaluación. Como es una ley 'marco', en su reglamentación se debe precaver ese eventual abuso. Ha de haber tolerancia en torno a las distintas ideologías (Arts. 14 y 33 eiusdem) como la capitalista y hasta plutocrática.
Si se educa en la doctrina del Libertador, perfecto. Si en la del socialismo, bien; pero si es en la del socialismo a ultranza, muy mal porque el comunismo es la intolerancia quintaesenciada. El comunista Malato decía que la comuna es lo más opresor...
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