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Ya nos vuelven a marear con lo del descubrimiento del gigantesco yacimiento gasífero o que los rusos van a sacar 450 mil barriles diarios de una pasta, que no tienen ni idea de cómo extraerla, vamos a comprar otros 2.200 millones de dólares en armamento, por supuesto con otro fiado y ¿Qué paso con las medidas económicas? que ya estaban listas. O es que nos quieren desviar para que nos olvidemos de que el crecimiento económico ya se acabó según las estadísticas del Banco Central correspondientes al último trimestre. Aún cuando los números del instituto emisor están sometidos a sospechas de manipulaciones. El PIB, a precios constantes, registró una reducción de 2,4%, lo cual alarma a los expertos, pues el mencionado comportamiento del PIB se produce después de 23 trimestres consecutivos de crecimiento. Se sigue apostando a que los precios del petróleo superen nuevamente los 100 dólares, para enmendar los problemas actuales y no pasan de 70. La cesta venezolana llegó el año pasado a 129 dólares promedio por barril, pero a septiembre de este año promedia los 65 dólares. La falta de política económica genera más pobres Durante cinco años se ha mantenido el dólar en 2,15 bolívares, el cual ya es prácticamente inexistente. Lo que se maneja es el permuta que no termina de bajar nada, a pesar de las amenazas psicológicas de que van a empapelar a toda Venezuela con bonos. La moneda está sobrevaluada. Los productos nacionales que sobreviven no pueden competir con los extranjeros. La ausencia de seguridad tanto jurídica como personal espanta la inversión privada extranjera. La radiografía del Banco Central al cierre del segundo trimestre desnuda una economía debilitada, con una caída significativa del PIB y una inflación elevada. Esta enfermedad, caracterizada por estancamiento o contracción del PIB y alza importante de los precios, es definida técnicamente como estanflación, y las consecuencias suelen ser dolorosas, especialmente para los pobres. Según estadísticas oficiales más de dos millones de venezolanos viven en pobreza extrema. Si a esto se agrega que 40% de los niños en edad pre-escolar se encuentran excluidos del sistema educativo y de cada 10 jóvenes sólo 6 alcanzan completar la primaria, 'por motivos económicos', las banderas del crecimiento económico han quedado reservadas a la retórica. Venezuela podría ser una potencia agrícola e industrial si hubiese invertido apropiadamente los 950.000 millones de dólares que le ingresaron durante los últimos 10 años. Ya no los tenemos, pero tampoco tenemos política económica y menos medias para disminuir la inflación y reactivar la economía. ¿O es qué la piensan reactivar con los misiles? ✍ R.S. REGRESAR |
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