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Para la primera semana de octubre espera el gobierno tener listo un conjunto de medidas económicas que aplicará con el fin de contrarrestar los efectos económicos contractivos, derivados de la caída del ingreso petrolero este año. Algunas de estas medidas u orientaciones de política económica y social, ya han sido presentadas al país: el Plan de Empleo Extraordinario y la aceleración en la entrega de divisas a los importadores, hasta regularizar su acceso a las mismas a fines de año. Más allá de estos anuncios, los agentes económicos y la población en general esperan conocer pronto y con más detalles los planes concretos del gobierno para disminuir los efectos paralizantes y contractivos de la actividad económica y del empleo que viene significando la crisis económica este año. Hay factores que permiten proyectar una superación de la crisis a mediano plazo, entre ellos, el más importante es la recuperación de los precios del petróleo en el mercado internacional. Proceso que, estiman los analistas, avanzará lentamente a partir del nivel ya alcanzado por los principales crudos marcadores del mundo (alrededor de US$70 dólares por barril). Mientras tanto, la economía venezolana se está resintiendo de la caída del ingreso petrolero este año y recién ahora, cuando el precio promedio del petróleo para este año promete superar la proyección corregida del presupuesto de US$40 dólares por barril, se empieza a respirar cierto alivio que, por de pronto, aleja el peligro de devaluación, de acuerdo a la opinión del expresidente del Banco Central, Domingo F. Maza Zavala. Mayor endeudamiento público El mayor problema es que, a la fecha, la economía venezolana parece haberse quedado sin ahorros y sólo cuenta como válvula de seguridad con unas reservas internacionales ubicadas en 34.000 millones de dólares, nivel apenas suficiente para brindar cierta tranquilidad, en vista del fuerte desahorro fiscal operado desde hace ya más de un año. La clave, pues, está en la situación fiscal. Si se parte de las consideraciones presupuestarias, la situación no parece tan grave y correspondería esperar el cierre del año sin mover mucho las cosas y aceptando la estrechez económica, siempre y cuando el mercado petrolero mundial siga como va. Pero la situación vista desde la perspectiva del ciudadano común es más dramática, ya que se han afectado el empleo y las políticas sociales, amén de que la inflación es notablemente sentida por la población, mas allá de las cifras del BCV. Estas dos aristas exigirían a las autoridades tomar medidas, desde ya, para que no continúe el deterioro y se perciba pronto una mejoría. El financiamiento de una política de gasto más activa por parte del Estado exige un mayor endeudamiento público, puesto que no se cuenta con suficientes ahorros fiscales y no es el caso exigir más a los agentes económicos REGRESAR |
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