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Desde que en 1989 el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez aplicó una serie de medidas que pretendían cambiar el rumbo económico de Venezuela, el país reacciona con máxima expectativa cada vez que se anuncian planes diseñados para enfrentar los callejones en los que suele encerrarse la economía.
El pasado jueves, los ministros de la economía, Jorge Giordani y Alí Rodríguez Araque, y el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, le hablaron al país para explicar cómo harán para que Venezuela vuelva a crecer y mantenga los índices de empleo. Pero en la opinión pública quedó una sensación de vacío pues no hubo anuncios de medidas concretas, más bien lo que se expresó fueron intenciones de largo plazo.
'Como dijo Giordani, todo el mundo esperaba un paquete, pero efectivamente no hay paquete. Lo que manifestaron los ministros fueron los objetivos que quieren alcanzar, pero no se anunciaron las medidas para lograrlo. Todos estamos de acuerdo con bajar la inflación y retomar el crecimiento.
Debemos llevar a la economía local a producir más', apuntó Pedro Palma, presidente de la Academia de Ciencias Económicas.
Retomar la senda de crecimiento, acotó el economista, se traduciría en mayor disponibilidad de empleo, mayor oferta de bienes y servicios, y mejores remuneraciones para los trabajadores; y en consecuencia, más bienestar para la población, lo que debe ser la meta de cualquier política económica.
Aumentar la intermediación financiera el dinero que los bancos prestan utilizando los depósitos del público es otro de los objetivos que el Gobierno pretende lograr, en el entendido de que la alta liquidez monetaria que tienen actualmente los bancos debe circular para que la economía comience a moverse.
Pedro Palma está de acuerdo con este planteamiento, pero para que sea viable sostiene deben crearse condiciones que reactiven la demanda de créditos.
'Los bancos no prestan porque no hay demanda', dijo el experto, quien considera que es a través del incremento de la actividad económica, con la consecuente generación de empleo, que mejorará el ingreso real de los venezolanos y la posibilidad de solicitar préstamos a la banca.
A Palma le llamó la atención el planteamiento hecho por Nelson Merentes de que el tipo de cambio paralelo no debe superar al oficial en más de 60%. 'Esa cifra se convierte en una referencia para el mercado', afirmó Palma y acotó que el diferencial va a bajar, porque mucha gente no va a querer vender sus dólares sabiendo que el precio se va a mover hacia esa cantidad.
Agregó que para mantener esa cotización en el mercado de permuta se requiere de mucho oxígeno financiero, que el Ejecutivo obtendrá mediante endeudamiento. La pregunta, según Palma, es hasta cuándo durará este oxígeno y todo dependerá del comportamiento del precio del petróleo.
Nuevo rumbo. Para el economista Jesús Farías lo más importante de los anuncios gubernamentales es que se rectifica el rumbo económico. 'El impulso se inscribe en la implantación de una economía productiva, en la cual la riqueza sea puesta al servicio de la población. En crear empleo a través de la inversión, por ejemplo, en la construcción. En orientar en forma acelerada los recursos de que disponemos en el proceso de crecimiento', apuntó.
Los recursos provendrían de dos fuentes, explica el economista, una de ellas es el endeudamiento público que canaliza los fondos disponibles en la banca hacia la inversión productiva del Estado. La otra vía es la intermediación financiera. 'Ni la banca pública ni la privada están haciendo intermediación, incluso la banca estatal tiene menores índices', afirmó Farías.
Añadió que para el Gobierno debería ser fácil canalizar los fondos de las instituciones financieras del Estado, bastaría con una orden ejecutiva; en cambio para la banca privada se requiere el manejo de las tasas de interés y la creación de carteras dirigidas hacia sectores como la construcción y la producción de alimentos.
Jesús Farías resalta el carácter especulativo de la economía venezolana y la propensión del empresario privado a depender del Gobierno y a esperar grandes ganancias con poco esfuerzo.
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