|
|
|
En los últimos dos años, el circuito del trigo se ha visto afectado no sólo por la distorsión que genera el control de precios en ese sector, sino también por los diversos obstáculos que ha tenido que sortear para adquirir divisas a cotización oficial para importar el cereal.
Esta situación ha derivado en una reducción en las importaciones de materia prima, que al final afectan la disponibilidad de pastas en los anaqueles -así como de otros productos derivados del trigo- y por ende en la demanda.
El consumo de pasta este año descendió de 13 kilogramos a 12 kilos por persona al año, según datos del sector. Venezuela es el segundo país, después de Italia, donde más se consume el rubro.
De acuerdo con las cifras del Sistema de Control Agroalimentario (SICA), que maneja la Superintendencia de Silos, Almacenes y Depósitos Agrícolas (SADA) el consumo mensual de pastas en el país es de 24.725 toneladas, cifra que evidencia una reducción de 9% respecto al consumo de 2008 cuando al mes la ingesta era de 27.154 toneladas.
En 2007 en Venezuela la población consumía 29.000 toneladas de pastas mensuales, 6,3% más que en 2008.
Durante este 2009, se evidencia una notable caída del consumo en los estados Anzoátegui, Aragua y Caracas, y una leve disminución en otras regiones como Bolívar, Carabobo, Lara, Miranda, Sucre y Táchira. El Zulia es el único estado donde la demanda se mantiene.
El año pasado, estas regiones registraron los picos de consumos más altos del país.
Menos trigo El descenso del consumo de pastas alimenticias se origina básicamente por la reducción en las importaciones de trigo, que han mermado la oferta.
De acuerdo con cifras del sector, las importaciones de materia prima durante 2009 han disminuido 200.000 toneladas, pues este año -tomando en cuenta el producto que está en tránsito- ingresarán al país 1.400.000 toneladas, mientras que en 2008 se importaron 1.600.000 toneladas de trigo.
Durante 2008, la importación del cereal disminuyó en igual proporción versus el año anterior.
Entre 2007 y 2008, la distorsión entre el precio congelado de la pasta en el mercado nacional y el alza del precio internacional del trigo afectaron las importaciones, mermando la producción y la disponibilidad del rubro en los anaqueles.
Este año, los retrasos en la liquidación de divisas por parte del Estado al sector industrial afectaron la programación de compra de materia prima de las industrias, lo cual originó que se consumieran los inventarios de reservas y algunas plantas tuvieran que reducir líneas de producción, y otras menos afortunadas bajaron sus santamarías definitivamente.
Para poder operar las industrias que tenían mayores inventarios tuvieron que prestar trigo a otras empresas, y de esa manera evitar que se afectara el abastecimiento del producto en el mercado.
Por otra parte, la demanda de harina de trigo también disminuyó, pues las ventas de este producto registraron una disminución de 11,4%, entre agosto de 2008 y el mismo mes de 2009; de acuerdo con el informe semestral de la encuesta Tendencias de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea).
De acuerdo con cifras del SADA, el consumo mensual de trigo es de 79.444 toneladas al mes.
Las trabas Entre los obstáculos que le ha tocado sortear al sector de pastas figura la suspensión temporal del pago a la vista -mecanismo que permite a las industrias obtener de forma expedita las divisas- que afectó durante varios meses las compras foráneas de materia prima, que puso en riesgo en más de una oportunidad el abastecimiento de pastas.
El servicio fue reactivado con algunas excepciones, pues las dos grandes empresas productoras de pastas quedaron excluidas de este mecanismo.
Igualmente, Cadivi adeudaba más de 200 millones de dólares a la industria, que le originó retrasos en los pagos a proveedores y pérdidas en las líneas de créditos.
Angie Contreras C.
EL UNIVERSAL REGRESAR |
| Fecha publicada: 18/11/2009
Fuente: El Universal
Tema: comida
|
*** noticias no disponibles *** |
|
