La presencia persa en América Latina ha preocupado a Israel, que inició una ofensiva diplomática.
El avance comenzó en 2000.
Venezuela se convirtió en la punta de lanza. A la fecha, Irán ha restablecido nexos diplomáticos con Nicaragua, los ha reforzado con Ecuador, los ha establecido con Bolivia, San Vicente y las Granadinas y ha reabierto embajadas en Bogotá, Managua y Santiago de Chile.
Israel interpreta eso como una amenaza. Ahmadinejad dijo en 2005 que había que 'borrar del mapa' al Estado israelí.
'El lobby pro israelí en Estados Unidos y Europa ya se movió para afectar la percepción del programa nuclear iraní', dijo Arshin Adib-Moghaddam, de la Universidad de Londres.
Jerusalén denunció que hay células del partido libanés Hezbolá en Venezuela y en la frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay.
El vicecanciller de Israel, Danny Ayalón, denunció ante la OEA en junio, que Venezuela facilita la penetración iraní. El canciller Avigdor Lieberman visitó Brasil, Argentina, Perú y Colombia en julio. El presidente Shimon Peres estuvo en Brasil y Argentina del 9 al 17 de noviembre y advirtió los riesgos de la presencia persa.
Las comunidades judías han sido activas. En Brasil manifestaron el 15 de noviembre para rechazar la visita de Ahmadinejad.
'No es buena ni la presencia exagerada de Israel ni la de Irán, porque hay el riesgo de que se lleve y replique en la región la tensión del Medio Oriente, ajena a nosotros', apuntó Carlos Romero, de la Universidad Metropolitana. REGRESAR |