|
|
La economía venezolana podría seguir bajo fuerte presión este año pese a una amplia devaluación de la moneda, con la que se busca revitalizar el sector privado e incrementar el gasto gubernamental, pero que también disparó una ola de compras.
El presidente Hugo Chávez anunció el viernes un nuevo esquema de cambio dual, a 2,6 y 4,3 bolívares por dólar, en reemplazo al anterior tipo de cambio oficial de 2,15 bolívares por dólar, para ayudar a las cuentas fiscales del Gobierno y hacer más competitivas a las empresas del país.
Los mercados respondieron favorablemente a la medida, y el precio de los bonos soberanos de Venezuela trepó el lunes. El avance se frenó levemente el martes, aunque JPMorgan elevó su recomendación para los papeles venezolanos y Standard & Poor’s revisó el panorama crediticio del país a estable desde negativo.
Pero con una recesión en el país petrolero, que importa el 90 por ciento de lo que consume, el impacto de un aumento de precios en los próximos meses podría anular el estímulo para el incremento del gasto gubernamental durante la campaña electoral para las elecciones legislativas de septiembre.
Otros factores, especialmente el precio del petróleo y fallas en los servicios en el país, también influirán en el crecimiento y la inflación.
Economistas y algunos cercanos aliados de Chávez han dicho por años que un bolívar fuertemente sobrevaluado golpeaba las finanzas gubernamentales y perjudicaba las exportaciones no petroleras en el mayor productor de crudo de Sudamérica.
Chávez, que está en el poder hace 11 años, evitó la palabra “devaluación” y dijo que tomó la decisión primordialmente para sacar al país de su marcada dependencia del ingreso petrolero.
“Tenemos que salir del modelo rentístico petrolero y este año daremos otro gigantesco paso en ese sentido. Siempre con una consigna: la economía debe estar al servicio del hombre, en función de lo social. De allí, nuestro rumbo: el socialismo”, escribió el mandatario en su columna de prensa semanal.
El sistema de cambio es similar al fracasado en 1983, cuando una devaluación que se conoció como “Viernes negro” siguió a una caída de los precios del petróleo.
Esta vez, la devaluación también fue forzada por una baja en los precios del crudo que debilitaron el bolívar.
Boris Segura, analista senior para América Latina de RBS, dijo que ahora prevé cero crecimiento para este año. Antes de la devaluación estimaba una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) de un 1,5 por ciento en el 2010.
“Venezuela no crecerá este año”, dijo Segura. “Es el precio que hay que pagar por retrasar el ajuste”, dijo. REGRESAR |
*** noticias no disponibles *** |
|