Con la puesta definitivamente en práctica de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, queda eliminado el FIDES. De este modo, los gobernadores de estado simplemente pasarán a ser encargados de la gran hacienda en que el poder central convertirá a la provincia venezolana.
Morel Rodríguez advierte que el Presidente de la República está decididamente en contra del progreso que quieren y deben darse las regiones. Por ello, indica, se empeñó en imponer hasta lograrlo la puesta en práctica de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno.
Para el gobernador de Nueva Esparta, este instrumento es el último y el más perjudicial intento totalitarista por querer centralizarlo todo. De este modo, lo asegura, los mandatarios regionales pasarán a ser simples encargados de la gran hacienda en que el centralismo convertirá a la provincia venezolana.
Cree el gobernador insular que esta ley, que de plano elimina al FIDES, viene a cerrarle de una vez por todas a la provincia las puertas a su progreso y por el contrario abre un camino muy tortuoso hacia la incertidumbre, que ojalá no se convierta en impaciencia nacional, alerta Morel Rodríguez Ávila.
Los dineros que a cada gobernación, de acuerdo a su población, constitucionalmente le corresponde recibir, explica, ahora pasarán a manos del denominado Fondo de Compensación Interterritorial, desde donde el gobierno central los manejará a sus anchas para entregarlos ya no, a los gobiernos y alcaldías, sino a los consejos comunales so pretexto de establecer un nuevo orden territorial, que no es otra cosa que la imposición de las comunas con claro y directo sentido comunista.
“Tal decisión, el señor Presidente evidencia no haber entendido ni atendido que se le eligió para gerenciar, que es fomentar progreso y desarrollo, no atraso; tampoco para disgregar al Estado, menos entorpecerle y frenarle su posibilidad de crecimiento a la provincia donde, por cierto, parece que tambièn se le ha olvidado, habita la inmensa mayoría de los venezolanos”.
Con esta ley, considera Morel Rodríguez Ávila, el presidente Chávez termina de cerrar la dura tenaza con la cual venía apresando y represando lo que es un sentimiento nacional: el avance de la provincia, sin tanta traba burocrática, previo el debido financiamiento, de sus propios planes dirigidos a concretar un desarrollo verdaderamente sustentable.
Es muy grave lo que ocurre hoy, reitera el gobernante neoespartano, pero mañana la resultante de esta nueva imposición será, hay que decirlo sin aspaviento alguno, será realmente catastrófica para las gobernaciones y alcaldías: no tendrán recursos para invertir en lo que sus respectivos pueblos necesitan. REGRESAR |