Las teorías sobre las razones del por que el estacionamiento de la fabrica de autos iraníes, ubicada en Maracay, siguen repletas de vehículos se incrementan. Al parecer los súbditos de la teocracia persa se contagiaron de la eficiente gerencia bolivariana y traen las piezas para ensamblar los carros, pero no llegan los repuestos, por lo que cuando algún incauto creyente en Chacumbele ha podido adquirir un Centauro o un Turpial, los cursis nombres de dos de los modelos de Venirauto y el vehículo presenta una falla no hay como repararlo a menos que los autos que ya están ensamblados sean los que suministren los repuestos. Los canibalizan, pues. Esto explicaría el por qué no son puestos a la venta.
La versión toma fuerza, pues quienes han tenido experiencia con un carro de Venirauto aseguran que son de una calidad bastante baja, a nivel de revolución bolivariana. REGRESAR |