| El primer ministro ruso Vladimir Putin, es un funcionario carismático que en sólo 24 horas fuera del Kremlin, en una fugaz visita a Caracas, consiguió convertir a Rusia en la 'prima dona' de la Faja del Orinoco, logrando obtener alrededor de 150.000 millones de barriles de reservas petroleras probadas a precios irrisorios, porque se desconoce el monto del bono. De paso encender las alarmas de Washington que empezarán a considerar que Moscú ya tiene su hombre en Caracas. Se han roto algunos mecanismos como que a las compañías rusas Rosneft, TNKBP (Ayacucho 2); Lukoil (Junín 3); Gazprom (Ayacucho 3) que fueron contratadas para hacer la cuantificación y certificación de las reservas de estos bloques de la Faja del Orinoco, les fueron otorgados los contratos de producción. Las relaciones futuras con los clientes y principalmente con las licitaciones se aclara. Hay dos sistemas de negocios o dos precios de venta. Uno para los negocios estrictamente comerciales como la licitación de Carabobo utilizado con las compañías de los países capitalistas, que identifican como procesos competitivos. Los negocios con las empresas estatales, con los países amigos de la región y en otras latitudes se definen como acuerdos intergubernamentales o estratégicos. De los primeros se podrá saber al final del año las características de las transacciones para poder aplaudir o criticar, aunque PDVSA no lo divulgue, porque los socios minoritarios están en la obligación de reportar a la bolsa de valores sus operaciones y posteriormente es documento público. Los acuerdos estratégicos son otorgamientos directos del Gobierno a empresas estatales, cuya información no es accesible de inmediato y los contratos no se divulgan. Información clasificada En los inicios del proyecto de la certificación de reservas se anunció oficialmente, que las compañías que realizaron la cuantificación y certificación no serían precisamente las que recibirían los contratos de producción. Sin embargo, se ha hecho lo contrario y según la comunidad petrolera que está en Caracas es una grosera decisión, aunque en términos de negocios se llame conflicto de intereses y acceso a información clasificada. Las compañías rusas van a explotar la Faja, pero los crudos sintéticos allí procesados, ni las mezclas de crudos extrapesados con livianos no los van a llevar a Rusia. No tiene sentido pagar fletes cuando sobran en los campos rusos los crudos livianos. Estos crudos no cruzarán el Atlántico y caerán en las refinerías del golfo de México, para consumo del 'imperio'. Los beneficiarios serán otros y no PDVSA como le correspondía. Ahora las compañías privadas saben que en los negocios con PDVSA hay dos taquillas. Hay dos tipos de clientes, aunque se maneja el mismo negocio. O puede que haya más beneficios para los amigos, y más rigor para los capitalistas y ellos sabrán lo que hacen, porque son mayorcitos. Los rusos ahora y los soviéticos de ayer realizan grandes operaciones con poco esfuerzo. Rusia tiene más petróleo convencional que Venezuela y en gas tienen a Gazprom que es la número Uno mundial, y el Gobierno Nacional le entrega cuatro bloques de crudos sin discutir el precio, y adicionalmente le comprará armas, y otros contratos. Rusia no tuvo que hacer nada visible a favor de Venezuela, para recibir estos beneficios. Así también fue de simple la entrega de Fidel Castro a la Unión Soviética en 1961, porque el líder de la revolución cubana le dio una rabieta, cuando el presidente Eisenhower no lo recibió en la Casa Blanca, durante un viaje informal y turístico. Castro se ofreció en bandeja de plata, sin condiciones, y después llevó los soldados cubanos a Africa, como ejércitos mercenarios, de triste recordación en esos países. Mientras Cuba le costaba a la URSS, el suministro petrolero pagado a la tercera parte de su valor, y unos 50.000 millones de dólares anuales extra para otros gastos. Además, el precio del azúcar, el tabaco y el nikel, la URSS lo pagaba al doble de su valor real. Punta de lanza La diferencia de convertirse Venezuela en una punta de lanza de Rusia, a una semana por barco del imperio, como lo fue el gobierno cubano casi 40 años, es que el Gobierno de Caracas cubre sus gastos. Es de gratis, una solidaridad ideológica. El gobierno venezolano podría decir ahora que Clinton, Bush y Obama nunca lo han recibido, mientras los gobernantes rusos nos visitan con frecuencia. Los crudos van para el mismo sitio del mercado occidental, pero son unos terceros los beneficiarios, aunque los planificadores de economías centralizadas crean, que están haciéndole un grueso daño al 'imperio'. Los analistas geopolíticos y de energía ven el asunto con más seriedad, porque consideran que Putin tiene en sus manos, la producción futura de la Faja del Orinoco. Aunque un vocero del Departamento de Estado, calificara frívolamente la operación de Chávez, a quien le recomendaron que en lugar de pensar en los viajes espaciales se ocupara de los problemas eléctricos de Venezuela. En Washington dijeron que ese petróleo iría finalmente al patio de Estados Unidos, pero no midieron que contratos malos o buenos, las compañías rusas ahora tienen en sus manos desarrollar la mayoría de las reservas de la Faja del Orinoco, y también podrían tomar la decisión de no enviarlo para Estados Unidos. REGRESAR |
