Estados Unidos anunció este martes el desmantelamiento de una importante red narcotraficante que exportaba cocaína colombiana desde Venezuela a Europa a través de conexiones en África.
Ocho personas fueron detenidas en el marco del operativo: cuatro liberianos y un ruso, detenidos en Liberia y extraditados durante el fin de semana a Nueva York; otros dos liberianos capturados este martes en Monrovia; y un colombiano que había sido detenido anteriormente en España, indicó la fiscalía.
Los ocho individuos y un noveno de nacionalidad colombiana que sigue prófugo fueron inculpados por conspirar para importar cocaína a Estados Unidos, cargos pasibles de una pena máxima de cadena perpetua.
Según las autoridades, la banda intentó sobornar a altos cargos del Gobierno liberiano, entre ellos el hijo de la presidenta, Ellen Johnson Sirleaf, para permitir el uso del país africano como punto de tránsito entre Suramérica, EE.UU. y Europa.
Los dirigentes liberianos se entrevistaron en varias ocasiones con los acusados para preparar el paso por el país africano de 6.000 kilogramos de cocaína, divididos en tres cargamentos y procedente de Venezuela.
Asimismo, en una de esas reuniones en Monrovia, la capital de Liberia, uno de los acusados afirmó que cerca de 4.000 de esos 6.000 kilos de cocaína procedían de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), acusadas de utilizar el narcotráfico para financiar su lucha contra el Gobierno de Colombia, explicó el fiscal.
Parte de esa cocaína iba a trasladarse posteriormente a Ghana, para ser colocada en aviones comerciales con destino a aeropuertos de Estados Unidos, indicó.
"Durante la última década, las organizaciones narcotraficantes basadas en América del Sur han utilizado cada vez más a países de la costa occidental africana como centros de redistribución para enviar la droga a Europa o Africa", indicó la fiscalía del distrito sur de Nueva York.
Las redes con sede en Colombia y Venezuela utilizan aviones privados y barcos para desembarcar los alijos en estos países africanos con la connivencia de altos cargos locales, a los que han sobornado previamente, según las autoridades estadounidenses.
El desmantelamiento de la red fue posible gracias a la cooperación de altos funcionarios del gobierno de Liberia, que rechazaron sobornos y actuaron como agentes de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), según la fiscalía.
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