Cerámica Carabobo, división refractarios, con sede en la zona industrial Matanzas en Puerto Ordaz, tiene dos años totalmente cerrada e improductiva luego de mas de 30 años de actividad ininterrumpida como proveedora de ladrillos y piezas refractarias para los hornos de fusión en Sidor y para las celdas de reducción de aluminio en Venalum y Alcasa.
Hasta 2008, su nómina rondaba los 200 trabajadores directos con un buen contrato colectivo que estaba, en cuanto a beneficios, por encima de otras empresas del mismo segmento industrial.
Una serie de conflictos laborales, estimulados desde el partido de Gobierno, se extendieron durante meses mientras los grupos chavistas aumentaban sus exigencias confiados en que se produciría la estatización y con ella 'el paraíso' del supuesto socialismo.
La prolongada paralización, las pérdidas económicas y la convicción que el objetivo de los reclamos era de tipo político para lograr la estatización, llevó a los propietarios de la empresa a declarar un cierre técnico y ofrecer al Gobierno que la asumiera.
Durante unos ocho meses más, el Gobierno no actuó en ningún sentido. Ni para buscar arreglos a fin de reabrir la planta ni para estatizarla.
Algunos trabajadores optaron por aceptar una propuesta de liquidación de sus prestaciones e ir a buscar trabajo en otro sitio. Otros, un poco más de la mitad, se mantuvieron en 'toma' de las instalaciones pero sin salarios. La gobernación ayudaba a los tomistas con algunas bolsas de comida una o dos veces al mes.
NAVIDAD A LO SOCIALISTA Finalmente, el 21 de mayo de 2009, en el acto de las estatizaciones de las empresas briqueteras, el presidente Chávez anunció la estatización de Cerámica Carabobo División refractarios.
El grupo de trabajadores que siempre pidió esa medida, muchos de ellos militantes o simpatizantes del PSUV, celebraron pero ya desde la semana siguiente quedó claro que el Gobierno no tenía ningún plan para esa empresa que siguió cerrada.
Pasaron semanas y meses hasta que en diciembre, agobiados por pasar la Navidad sin otra cosa que 'una bolsa de comida de Pdval, obsequio de la gobernación', los trabajadores organizaron marchas, protestas de calle y hasta amenazaron al entonces Ministro del Mibam, Rodolfo Sanz, con una huelga de hambre.
Entonces, Sanz fue a la empresa, la rebautizó como 'Refractarios Socialistas Orinoco', anunció un 'prearranque' y organizó una nómina con los 90 trabajadores que quedaban 'pendientes'.
Del arranque nunca hubo más noticias. No se hicieron reparaciones ni se compraron repuestos o insumos. La valla con el nuevo nombre si está allí con su tono rojo subido.
Y la 'nueva nómina' se redujo a un pago de salario mínimo sin ningún otro beneficio, de modo que esos trabajadores que eran parte de una empresa productiva, con un buen contrato colectivo, tienen dos años viviendo de un 'aporte revolucionario' de bolsas de comida y ahora de un salario mínimo sin beneficios.
IMPORTANDO REFRACTARIOS La otra cara de la moneda es el efecto industrial del cierre, estatización y del olvido por parte del Gobierno hacia ésta empresa que lleva a muchas personas en Guayana a preguntarse, ¿para que estatizaron si dejarían abandonada y olvidada a esa empresa? Sidor, que ya había sido estatizada, fue consumiendo los inventarios de piezas refractarios que la administración de Ternium dejó y llegó un momento, hacia octubre de 2009, que debieron paralizar varios hornos por la inexistencia de refractarios.
Desde entonces, Sidor ha importado cuatro cargamentos de refractarios desde Brasil a unos costos altísimos que, sólo en fletes, subió a cerca de 6 millones de dólares.
La 'barajita repetida': se cierran empresas, se estatizan, sigue cerradas, abandonadas u olvidadas.
No se produce en el país, para entonces gastar los petrodólares en importar los productos que debieran estar fabricándose en Venezuela. REGRESAR |
