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¿En el contrato de sus empleados se incluyen las cláusulas de cesión de derechos de las creaciones que se generen en la compañía? ¿Tiene un contrato de creación de la página web? ¿Cuenta con la autorización para usar la fotografía que aparece en el banner de su página? ¿Tiene visible el aviso legal de su página web? ¿Sabe cómo proteger los contenidos (fotos y música, entre otros elementos) que cuelga en una web 2.0?
Estas fueron algunas de las interrogantes que respondió Paula Troconis, directora de Asesoría Legal y Técnica de Clarke, Modet & Co. de Venezuela, en la presentación sobre la importancia de proteger la propiedad intelectual, durante el foro sobre el cumplimiento de las obligaciones legales de las empresas en Venezuela.
'Los activos de propiedad industrial e intelectual son herramientas de competitividad, y en muchos casos se convierten en el principal elemento de diferenciación de los productos', apuntó la abogada.
Valor intangible
'Una marca es cualquier signo distintivo expresado a través de palabras o diseños, mediante los cuales se distingue un producto o servicio', definió Troconis.
Indicó que muchas veces el valor de una marca es incalculable y, en algunos casos, puede superar el de todos los activos con los que cuenta una empresa.
'¿Cómo se define el valor de una marca como Facebook, Coca Cola, Pepsi, Google o Twitter?', se preguntó e inmediatamente respondió: 'Todos los activos de estas empresas pueden tener menos valor que la marca'.
Estamos viviendo el auge de las economías del conocimiento, en las que el talento, la creatividad, la imaginación y la innovación valen mucho más que las materias primas y el parque industrial de una empresa.
'Se estima que en los años 80 los activos intangibles representaban 17% del valor contable de las principales empresas; hoy ese porcentaje supone más de 70%. Se ve en contratos de transferencia de tecnología, en la licencia de una marca, en un diseño original', afirmó Ivonne Gonçalves de Schwartz, directora general del escritorio de abogados.
'Innovar es diferenciarse de la competencia y adelantársele para obtener ventaja', dijo Gonçalves de Schwartz, 'pero hay que defender ese esfuerzo investigador y creador para que se vea recompensado y pueda generar dividendos, que es la finalidad de toda empresa. Hoy, los activos intelectuales se pueden utilizar como garantía para obtener créditos y hasta emitir deuda cuyos títulos se negocien en las bolsas de valores, de allí que su protección se vea como una inversión, no como un gasto'.
Señaló que 21% del PIB de Estados Unidos proviene de ingresos derivados de la propiedad intelectual. Este país paga a Europa cada año 2.800 millones de euros por royalties de patentes, mientras que Europa debe pagar a Estados Unidos 14.000 millones de euros anuales por ese concepto.
Click protegido
'Los principios de protección en el mundo analógico están igualmente vigentes en el digital', argumentó Troconis.
La abogada ofreció algunas recomendaciones para estar al día con el tema de la propiedad intelectual en la era digital: evaluar los activos de propiedad intelectual que deban utilizarse en el comercio electrónico; hacer un inventario de lo que pueda ser patentable; identificar los signos distintivos que se emplearán y protegerlos; monitorear la correcta utilización de éstos por parte de terceros.
Indicó que 'hay que proteger los derechos de autor y controlar la difusión que pudiera hacerse a través de Internet, y poner especial cuidado en aquellos aspectos relativos a la propiedad intelectual'.
Troconis expresó igualmente que 'es necesario establecer avisos y advertencias con el fin de que otros no utilicen indebidamente contenidos de la página web; así como establecer descargos de responsabilidad'.
Hizo énfasis en que es fundamental que toda la organización reciba formación sobre la propiedad intelectual, especialmente el personal que trabaja con contenidos, y en que deben incluirse cláusulas arbitrales para evitar pleitos que incluso puedan trascender las fronteras.
'Hay que establecer una estrategia de protección global de la propiedad intelectual o al menos unos protocolos claros en la materia. Cuando sea necesario es mejor consultar con expertos en la materia', recomendó. REGRESAR |
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