Una rencilla en el 2002 con el entonces alcalde del municipio Sucre del estado Bolívar, Juan Carlos Figarella, desencadenó el drama del productor Franklin Brito.
Un proyecto para controlar una enfermedad que atacó los sembradíos de ñame, fue desestimado por el biólogo Brito, quien puso en duda el uso de pesticidas para controlar la plaga que afectaba los cultivos.
'Mi propuesta fue ratificada por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, razón por la cual la Corporación Venezolana de Guayana no financió el proyecto de Figarella como había acordado', explicó el productor en un documento que él mismo trajo a la redacción de
Tal Cual el año pasado.
Luego del impasse con el funcionario, Brito narró que Figarella, por venganza ordenó despedirlo del Instituto Municipal de Desarrollo Agrícola. Después, el productor consiguió trabajo como profesor en un liceo de donde también fue despedido sin ninguna justificación.
Su esposa, Elena Rodríguez, también fue despedida de una escuela bolivariana en la que se desempeñaba como docente. Luego, en julio de 2003 fueron invadidas 24 hectáreas de las 290 pertenecientes al predio La Iguaraya, del cual la familia Brito-Rodríguez es propietaria. El Instituto Nacional de Tierras (INTI) otorgó Cartas Agrarias sobre los terrenos ubicados en el Asentamiento Campesino La Tigrera. A partir de allí comenzó la lucha del productor por recuperar sus tierras.
PAGO TRAS PAGO Luego de que Brito se cosiera la boca en protesta, iniciara varias huelgas de hambre y se amputara su dedo meñique, en el Aló Presidente del 13 de noviembre de 2005, el presidente Hugo Chávez se refirió al caso de Brito y ordenó al entonces ministro de Interior y Justicia, Jesse Chacón, que resolviera los problemas del productor agropecuario, por lo que en diciembre de ese año el Ministerio de Educación canceló el año de trabajo que se le adeudaba a Brito y a su esposa, (casi Bs. 6 mil a cada uno), mientras el MIJ canceló 70 mil bolívares en efectivo por el daño de los cultivos.
Después de la quinta huelga de hambre que inició en agosto de 2007 para que revocaran el otorgamiento de las Cartas Agrarias, el presidente Chávez se refirió por segunda vez a su caso en su programa dominical del 07/10/2007 para pedirle al entonces presidente del INTI, Juan Carlos Loyo, que solucionara el problema. El INTI procedió a entregarle a Brito 150 mil bolívares en dos cheques además de 50 mil bolívares en enseres para el hogar, 60 mil en insumos agrícolas; un tractor; una rastra agrícola y una fumigadora para acoplar al tractor.
Pero los términos poco claros de la negociación llevaron a Brito a devolver esta retribución: 'A mi parecer el INTI ha tratado de hacer todo de manera que yo desista de mi solicitud de justicia, pero de tal forma que esto no significa un reconocimiento de su error, sin importarle la manera para ello, ya que no especifican bajo qué argumento o justificación gastaron cerca de 730 millones de bolívares (de los viejos) para concretar el acuerdo', expresó el huelguista.
A pesar de que en 2009 desalojaron a los invasores de fundo La Iguaraya, Brito continuó su protesta. No podía aceptar que bajo el argumento de 'razones humanitarias' se hayan cumplido sus demandas y que el INTI continuara sin admitir su error. REGRESAR |