La vigorosa intervención del presidente Hugo Chávez en la campaña proselitista para las elecciones legislativas del domingo colocó su imagen en el primer plano del debate político venezolano, y sacó a la luz su estrategia de polarización entre partidarios y opositores de su gobierno.
Durante la campaña, los candidatos de su Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fueron virtualmente eclipsados por el mandatario, al punto que los afiches predominantes lo presentaban a él llamando a hacerse con la victoria para preservar los logros de su revolución bolivariana.
La estrategia de la polarización ha estado presente en muchas de anteriores elecciones, pero esta vez la campaña incrementó los decibelios, convirtiendo la consulta en una cita de signo plebiscitario que plantea un duelo entre Chávez y sus adversarios. El mandatario la redujo a una aparente definición entre socialistas y burgueses.
'Lacayos del imperialismo, tienen el apoyo del imperio (Estados Unidos)', fue una de las frases que más repitió Chávez en el último mes, en el que apareció continuamente en mensajes televisados y recorridos en caravanas políticas.
'No tengo planes de conciliar con la burguesía. No hay planes ni habrá. No hay posibilidad de reconciliación', dijo el mandatario en medio de la campaña, en la que adelantó que después de la consulta profundizará su proyecto rumbo al socialismo.
El mandatario utilizó casi invariablemente una chaqueta tricolor, con los colores de la bandera venezolana, en lo que algunos analistas interpretaron como un mensaje a sus partidarios a cerrar filas a favor de su proyecto.
Los candidatos del PSUV fueron escogidos en elecciones primarias, pero tuvieron que realizar su campaña a la sombra del mandatario, quien bautizó la actividad como la operación 'demolición'.
Igualmente, los abanderados oficialistas, incluyendo la actual presidenta de la Asamblea Nacional (Congreso), Cilia Flores, asumieron el socialismo y la defensa de Chávez como el núcleo de su oferta legislativa.
En mucho del material proselitista oficialista se recordó el episodio de abril de 2002, cuando militares alzados intentaron un golpe contra Chávez, tratando de identificar a la actual oposición con posibles nuevas conspiraciones.
El PSUV señala en su llamado 'decálogo de la victoria', que reúne su oferta electoral, que la movilización hacia las urnas será a favor de Chávez y por la continuidad del proceso revolucionario.
'Si la oposición llegara a la Asamblea en el 2010 haría todo lo posible por destruir la conexión entre el presidente y el pueblo de cara a las elecciones presidenciales del 2012. La agenda parlamentaria de la oposición quiere 'reformar' las leyes existentes, un eufemismo tras el cual esconden su intención real: exterminar la institucionalidad de la revolución', señala el PSUV en directrices de partido.
En una estación de la campaña, Chávez dijo ser víctima de un 'bestial ataque mediático' de la burguesía y, sin embargo, afirmó que algunas encuestas sitúan la aceptación de su gobierno en 66 por ciento.
En su más reciente sondeo, la firma encuestadora Hinterlaces señaló que la gestión del líder bolivariano es evaluada negativamente por el 51 por ciento de los venezolanos, contra un 46 por ciento que la considera positiva.
Igualmente, ubica la popularidad de Chávez en (....editado por noticias24) por ciento como promedio este año. El portavoz de la encuestadora, Oscar Schemel, dijo que el presidente sigue seduciendo a los sectores más vulnerables, que lo ven como un líder religioso.
Algunas encuestadoras sostienen que en materia política el país está dividido en tres grandes grupos de tamaños casi iguales: los que están con Chávez, los simpatizantes de la oposición y los no alineados (ni-ni).
Esa hipótesis plantea que las elecciones del domingo serán decididas por los no alineados, por lo que el trabajo para captación de votos debía tener un destinatario. Chávez se inclina por agrupar con sus arengas al núcleo duro de sus partidarios.
El portavoz de la firma GIS XXI, el ex ministro del Interior Jesse Chacón, señaló que las elecciones legislativas serán otra muestra de la polarización del país.
'Chávez marca la agenda política. Si sube o baja son resultados asociados a él. Chávez motiva a los que votan por él o a los que votan contra él. Esta es una polarización completa', indicó a la dpa.
Chacón señaló que sus sondeos ubican la popularidad de Chávez en 49,6 por ciento, lo que contribuiría a un eventual triunfo de los comicios para renovar los 165 escaños de la Asamblea Nacional.
El analista Saúl Cabrera, de la firma Consultores 21, opinó que en esta elección Chávez debería estar preocupado por el resultado ante el esfuerzo de consenso que alcanzó la oposición.
'Esta elección es una más de la guerra, pero no es la batalla definitiva, que será en 2012, la elección nacional. Si saca menos de 50 por ciento de los votos, eso se va a repetir en las presidenciales', pronosticó. REGRESAR |
