El chavismo salió a votar temprano. El cohetazo estaba programado para las 3:00 am, pero los seguidores del PSUV despertaron a Petare a la medianoche más con las detonaciones que con el usual toque de diana. Las patrullas amanecieron en los centros de votación del municipio Sucre, donde hace dos años la oposición les quitó la alcaldía. En cada colegio, las unidades de batalla electoral aglutinaron hasta 300 personas preparadas para ocupar cualquier posición.
En el barrio José Félix Ribas, José Gómez estuvo a cargo de la UBE de la Unidad Educativa Rafael Napoleón Baute. Gómez, a quien todos llamaban Memo, tenía claro el objetivo antes de que las mesas abrieran. 'Aquí votan 11.400 personas, tenemos 3.000 votos seguros, pero hay unos 3.000 Ni-Ni por los que nos hemos movido'. Memo tenía clara la 'situación particular' de su centro, como dijo el Presidente en su columna Las líneas de Chávez del domingo pasado, en la que explicó la estrategia de la Operación Willian Lara para 'demoler' a la oposición.
La movilización en Petare se hizo en dos ruedas, gracias a la contratación de 297 motos, aunque algunos trabajaron de forma voluntaria. Antes de las 7:00 am, Memo recibió el cornetazo de apoyo de la Organización de Integración Nacional de Motorizados, dirigida por Ricardo Vargas.
Desde la acera frente a la escuela orquestó la búsqueda de votantes en moto, rústico, camioneta o carro particular, consiguió un toldo para proteger del sol a los abuelos que hacían cola, dio entrevistas, dispuso de un equipo de patrulleros para que ordenara la cola de votantes y de otro que explicara cómo votar por el PSUV. También gestionó la sustitución de los miembros de mesa ausentes por algunos de sus testigos, en una operación que implicaba caminar una cuadra hasta un local donde fotocopiaba las cédulas y rellenar las credenciales. 'Sólo pudimos meter a cinco de los nuestros', dijo.
Barbecue y médicos integrales. La nómina de las misiones asistenciales del Gobierno también movió los votos.
En las casas de la alimentación se cocinaron los desayunos y almuerzos para la logística chavista, con ingredientes donados por Fundaproal, que alcanzaron para armar una vianda electoral para los damnificados de las lluvias recientes.
En el barrio Bolívar, Yoleida Blanco abrió su comedor en domingo para preparar comida para 50 patrulleros de la zona. De lunes a sábado lo hace para alimentar a 120 niños, adolescentes, ancianos e indigentes, por lo que recibe 372 bolívares al mes, con los que paga el gas y compra cubitos y ajo, que durante el último año no ha recibido. Cinco mujeres prepararon carne guisada y arroz. En la cocina de Santiaga Aponte, en José Félix Ribas, se armaron arepas rellenas de atún para el desayuno y pollo en salsa barbecue para el mediodía.
En los Centros de Diagnóstico Integral se improvisaron guardería en las que trabajaron las beneficiarias de la Misión Madres del Barrio. Los CDI también sirvieron de centros de llamada, para chequear que cada patrullero hubiera llevado a votar a 10 electores.
En el call center de barrio Bolívar, los pesuvistas también hicieron un segundo chequeo por la intención del voto. 'Estoy llamando del comando de Primero Justicia, queríamos saber si contábamos con su voto', preguntó una chica a uno de los electores dudosos.
Estudiantes de Medicina Integral Comunitaria se desplegaron frente a los centros con estetoscopios y tensiómetros para asistir a electores sofocados por el calor. Yesenia Ponce, a punto de empezar sus pasantías en obstetricia en la Maternidad Concepción Palacios, aclaró que atenderían todas las emergencias sin distingo político. Pero bajo el toldo rojo la atención vino acompañada de la entrega de un volante que invitaba a votar por Jorge Amorín. REGRESAR |
