|
|
|
La pretensión del gobierno de la revolución bolivariana, a través de la dócil Asamblea Nacional, de censurar Internet tuvo una respuesta inmediata. Al reformar la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión y la de Medios Electrónicos, la Asamblea Nacional pretendía aprobar el llamado 'punto único' de acceso a la red. Los venezolanos de todos los sectores e ideologías lanzaron un grito de alarma al mundo y la respuesta fue masiva. Así fue reflejado ayer en un reportaje de este diario. Lo importante de todo esto es que personas afectas ideológicamente al régimen revolucionario también se opusieron a aquello que pareció un signo deplorable de control de la información.
Esto sucede en un momento en que la era cibernética está siendo puesta a prueba como consecuencia de la aparición de Wikileaks y de las filtraciones masivas de documentos de Estados Unidos. Wikileaks desnudó la política internacional y sus protagonistas, los dobleces de gobiernos y personalidades. Contra el fundador, el australiano Julian Assange, se han conjurado varios gobiernos encabezados por el norteamericano. De modo que se trata de un asunto que está en el primer plano. Wikileaks fue fundado para difundir documentos secretos o confidenciales. Para ofrecer, en otras palabras, la verdad.
La experiencia de los venezolanos y el enorme respaldo que inmediatamente expresaron los internautas ha quedado reflejada en nuestras páginas. Tiene el doble valor de una experiencia que muestra la sensibilidad global frente a la libre información.
Algo no menos significativo: que la libertad de expresión no es consigna de unos sino territorio que identifica a todos.
Reporteros sin Fronteras identificó a los gobiernos que más empeño ponen en la censura. Venezuela estuvo a punto de ingresar a ella. El episodio reitera una antigua sentencia: la libertad no es un regalo de los dioses. Es preciso ganarla con el esfuerzo y la decisión de la gente.
En Venezuela tuvimos éxito en la defensa de Internet. No obstante, las leyes que tocan la libertad de expresión consagraron el poder absoluto del Gobierno en innumerables áreas. Declara como de 'servicio público' a los medios radioeléctricos. Tiende sobre ellos la espada de Damocles de la intervención, de la presión permanente, cerca, en una palabra, a los medios y busca acallarlos, porque de lo contrario les caerán las sanciones y les suspenderán las licencias.
En este sentido, no cabe duda de que la influencia de Cuba es notoria. Un gobierno que pretendía dar el paso audaz de censurar Internet, obviamente no es un régimen que respeta la libertad de información en otros medios. Esto es lo que ha sucedido.
Vale la pena, por tanto, no cantar victoria antes de tiempo. Es preciso estar vigilantes. Los regímenes autocráticos disponen de recursos ocultos para imponer la censura y reprimir la libertad de expresión. REGRESAR |
*** noticias no disponibles *** |
|
