La legalización de la droga es la mejor forma de atacar el narcotráfico. Contrariamente a lo que se cree, esta medida contribuiría al descenso del consumo y de la gran influencia de los carteles en los distintos niveles de la sociedad, desde los gobiernos hasta los barrios. Es difícil de entenderlo porque se trata de un argumento contra-intuitivo y se tiende a pensar que la legalización es una forma de apoyar el consumo. Nada más equivocado. El mundo ha sido mucho más eficiente luchando contra el tabaco que contra la cocaína, siendo que el primero es legal.
El narcotráfico se mueve por dinero y ese dinero es mucho mayor, en tanto su actividad es clandestina. Producir un kilo de cocaína tiene unos costos similares a los de producir un kilo de azúcar, sin embrago, la cocaína cuesta alrededor de $30.000 dólares en el mercado internacional ¿Por qué? Porque el hecho de que esté prohibido genera riesgos, lo que crea la necesidad de agrupar mafias costosas, comprar de armas, sobornar gobiernos, etc. Es así como la droga se ha convertido en una industria tan rentable, que sólo es comparable con la petrolera. Pero ¿Qué pasaría si ese flujo económico disminuyera drásticamente como consecuencia de la legalización? La industria quebraría o disminuiría su tamaño, casi de inmediato. Sería más fácil controlar una industria de tamaño reducido, cuyos impuestos sirvieran para hacerle publicidad negativa al consumo (como ocurre con el Tabaco, lo que ha traído muy positivos resultados).
Lugares tan diversos como EEUU, México, la Unión Europea, Colombia y Venezuela, están perdiendo la batalla contra el narcotráfico ¿Si estos medios están fracasando universalmente, no vale la pena pensar en otros? Muchos intelectuales empiezan a hablar de este tema que, por supuesto, se presta a la discusión. Lo cierto es que evadir el problema no está ayudando y, mientras tanto, las bandas siguen matando gente, financiando campañas y sobornando gobiernos. Aquí y en China. REGRESAR |
