Algunos terminaron de ver clases hace un mes y otros estarán en el liceo hasta el 16 de julio. Bachilleres todos aunque todavía no tengan el título en la mano, más de 45 mil estudiantes caraqueños se preguntan ahora, cuando está por culminar el año escolar, qué será de su futuro.
En el Andrés Bello verán materia hasta el próximo viernes 6 de julio, y sus alumnos cuentan que, aparte de las fiestas de rigor y la rayadera de camisas, no tienen ningún evento especial planeado. En general, lucen preocupados ante la inminencia de una publicación que cambiará sus vidas: el listado del Consejo Nacional de Universidades (CNU), que se hará público a mediados de julio.
"Es la incógnita de todos los que nos graduamos: saber qué va a ser de nosotros", dice Jhonnaly Galarraga, quien aspira a estudiar Publicidad o Administración en la UCV.
Su amiga Vanessa Pérez sueña con ingresar a la Escuela de Hacienda, aunque dice que será difícil porque la misma tiene mucha demanda. "Y yo tenía un buen índice académico hasta noveno, pero después todos nos echamos a perder. El último año fue el peor, todo lo hacíamos por hacerlo, supongo que por la ansiedad de que ya terminábamos".
En el Fermín Toro concluirán clases el próximo 16 de julio, y allí Yaneiry Serrano cuenta que en las vacaciones hará un curso en Unibanca que dura tres meses: "Me preocupa el futuro, me angustia la idea de quedar sin cupo. Yo quisiera estudiar Comunicación Social en la Bolivariana o en la UCV, o si no, ser auxiliar de preescolar en la Simón Rodríguez. Pero por si acaso haré ese curso".
Hace ya dos semanas que terminaron las clases en el Gustavo Herrera, pero algunos de sus alumnos están ahí buscando notas o contenidos de reparación. Alexander Machado tiene confianza en que logrará su cometido: estudiar Comunicación Social en la UCV. "Sí voy a salir, tengo confianza por las notas que tengo, y voy a empezar en agosto la universidad luego de pasar una temporadita en Maturín".
Angélica Salmerón, por su lado, sólo está esperando el título, que se lo darán en el acto del próximo 27 de julio, para empezar a estudiar hotelería.
Mayor certeza en privados
Aunque la muestra ciertamente no es significativa como para arribar a conclusiones irrebatibles, en los dos colegios privados visitados sorprende la claridad que tienen los bachilleres en cuanto a su futuro.
En el Santiago de León, por ejemplo, se habló con Ernesto Sumarkho, quien dice que estudiará Mercadeo y Relaciones Públicas en Australia, mientras Daniela Grajales cuenta que ya fue admitida en la Universidad Simón Bolívar para estudiar Ingeniería de Producción.
El San Ignacio ya terminó el quinto año hace un mes (las pasantías que hacen sus alumnos concluyeron hace una semana), y Julio Torres relata que ya fue admitido en la Metropolitana para estudiar Ingeniería de Sistemas y que hará el ritual que hacen todos los que se gradúan allí: irá corriendo como un loco por el amplio colegio y golpeará cada puerta. Su amigo Luis Ramos, por su parte, hará otra vez el quinto año pero en Estados Unidos para aprovechar y jugar beisbol, su pasión desde que tiene tres años.
Y así más de cuarenta y cinco mil historias distintas que en su mayoría tienen como denominador común la incertidumbre ante un futuro que ya los está alcanzando. REGRESAR |
