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Ismael Bravo, William Angola y otros 10 amigos de San Cristóbal se propusieron ver la mayor cantidad posible de partidos de Copa América.
Pero ayer a mediodía, bajo el inclemente sol que achicharraba el estadio Alejandro Borges, temían que su seguidilla de juegos presenciados se rompiera: los problemas en la entrega de los boletos para el duelo entre Argentina y Colombia se interponían.
"Compramos boletos para todos los partidos en San Cristóbal, Maracaibo, Mérida y Barquisimeto con tarjeta de crédito, pero aún no nos ha llegado ni la primera entrada por correo postal", afirma Bravo. "Hemos tenido que pagar lo que han pedido los revendedores: hasta 180.000 bolívares incluso por una en tribuna norte. Pero para el de hoy (ayer) todavía no hemos conseguido. Después del juego, arrancamos para Mérida para ver si tenemos suerte".
Hace un mes y medio, el grupo de viajeros hizo el trámite electrónico y nunca recibió una respuesta. Ayer, en el estadio Borges entregaron su planilla de compra con tarjeta de crédito a personal del Indecu como otro millar de personas que aguardaban armadas con sombrillas, gorras y agua mineral.
La indignación general por las horas de espera dilapidadas, las acusaciones contra la empresa DeLujo Promociones, encargada de la boletería, y contra Domesa también era mencionada por dos argentinos, nativos de Buenos Aires, con más de un lustro de residencia en Venezuela: Luis Mazzeo y Gabriel Coppola: "¿Cómo puede haber permitido la Federación Venezolana de Fútbol que una compañía tan incompetente se encargara de esto?", se preguntaban.
Liseth Apollini y Daniel Sánchez, dos estudiantes de ingeniería de La Universidad del Zulia, no tuvieron clases ayer (LUZ dio el día libre a todos sus estudiantes) y a la 1:30 pm contaban que habían pasado casi tres días de filas para lograr el canje: "Primero nos mandaron al estadio Luis Aparicio, después al Paseo del Lago y luego para acá. Ha sido un desastre".
De Lujo no apareció. El Indecu tomó el megáfono a las 9:00 am del domingo y ayer hasta la hora del partido se ocupó de cambiar los vouchers por la entrada definitiva. René Carmona, directivo regional de la institución, aseguró que De Lujo, Domesa y Perfil Digital, las tres empresas encargadas de la impresión y distribución de los boletos serán citadas y que figurarán en un expediente.
"Puede haber multas, cierre parcial o veto para eventos deportivos, si se determina que son culpables", señaló el funcionario, con una paca de entradas en una mano y desde la caja de bateo del Alejandro Borges. "El domingo entregamos 2.500 sobres, de cuatro entradas cada uno. Esperamos terminar a tiempo".
Carmona dijo "no conocer a De Lujo" y que esta compañía debió darle la cara a los fanáticos. Si sobraban entradas luego del canje, las venderían a extranjeros y a centenares de fanáticos que esperaban en la grada.
Pese a los inconvenientes con la boletería, Maracaibo no perdió su ambiente copero: automóviles con banderas de Colombia recorrían la ciudad desde temprano y la avenida Bella Vista, así como la Plaza La República, estaba adornada con motivos alusivos al torneo. REGRESAR |
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