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Por momentos, la Copa América no consigue tapar el clima interno que hay en Venezuela y parece confirmar las denuncias que habían sobre la intención del gobierno de no entregar entradas a los ciudadanos para evitar que el continente comprobara la disconformidad que existe en el pueblo.
Y si para muestra hace falta un botón, nada mejor que lo del pasado sábado en San Cristóbal, donde el apoyo a la selección Vinotinto tuvo tanta fuerza como los cánticos agresivos hacia el mandatario y su conducción.
A la hora del fútbol, Venezuela hizo historia al lograr su segundo triunfo por la Copa América, mientras Uruguay apenas pudo mejorar en la parte emocional o de entrega a la causa. El fútbol celeste sigue sin aparecer y sería bueno que el técnico Óscar Washington Tabárez buscara nuevas alternativas para lograr que los rendimientos individuales no afecten la producción colectiva. Ya dio un paso importante con las apariciones de Cristian Rodríguez y Maximiliano Pereira entre los once, a lo mejor eso se puede incrementar para que este Uruguay se parezca mucho más al que prometió que iba a competir en el torneo, teniendo en cuenta sus antecedentes.
Hasta ahora, lo mejor lo aportó Argentina y lo más impactante, en el marco deportivo, fue lo de Paraguay sobre Colombia.
Porque si de impactos se trata, ninguno como el de la reacción espontánea de la gente en su repudio contra Chávez. REGRESAR |
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