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Franzel Delgado Senior, médico psiquiatra
¿Está Venezuela de psiquiatra?
Desde que Rodrigo de Triana gritó ¡tierra!
¿Un diagnóstico nacional?
Aquí hay para todos. También en diagnósticos somos un país rico y próspero.
¿Un síntoma?
Superficialidad.
¿Una recomendación a la oposición para que el camino no se haga tan largo y tortuoso?
Exigir, exigir mucho a sus líderes, y sólo luego, votar.
¿Hasta cuándo podría durar el guayabo?
Depende de la voluntad y de los recursos de cada quien.
¿Un consejo para el oficialismo ganador?
No puedo dar otro porque nunca me han pedido ni les he dado alguno.
¿Para sobrellevar y salir de un trauma?
Pensar en los países que viven en guerra. Mirar y vivir el día de hoy, sin mirar ni pensar en ayer, ni en mañana, hasta lograr llegar al final de este infortunio.
¿Para que seis años pasen rápido?
No llevar la cuenta y deshacerse de todos los almanaques, hasta de los de bolsillo que obsequian en las tintorerías y en las farmacias.
¿Es el fanatismo consustancial con la medianía intelectual?
El fanatismo es una estafa personal. Mientras menos instruido, más indefenso se es.
¿Es el político un mundo bipolar?
La política hace buena parte de la cotidianidad ciudadana al ser fuente permanente de alegrías y de tristezas. Ahora, una nación mientras menos conmoción política viva, más se acerca al ideal de dicha, de bienestar y de progreso soñado desde la antigua Grecia, pero logrado a plenitud por muy pocas.
¿El mejor uso del cerebro en estos tiempos?
El ser humano tiene la asombrosa capacidad de sembrar en sí mismo, mediante su cerebro, los sentimientos que quiera. Lo que tenemos es que aprender a usar el cerebro en función de nuestro propio beneficio. A fin de cuentas, mucha de la felicidad existencial está en el cerebro, nuestra tarea es activarla.
¿Son los países reflejo de sus gobernantes?
Más bien los gobernantes son el reflejo de sus países.
¿El síndrome de una continua derrota?
Mala comprensión de cómo hay que hacer las cosas para ser exitoso. Exigua capacidad del liderazgo para oír otras opiniones, procesarlas y asumirlas. Algunas dosis de terquedad y de soberbia, quizás características del quehacer político ecuménico.
¿Hay emoción en una derrota?
Victorias y derrotas siempre generan emociones. A veces muy sui géneris, como lo fue la masiva e imponentemente silenciosa celebración en todo el territorio nacional de la reciente "victoria" de la revolución.
¿Ganó Venezuela?
Ganó un líder enorme y de un carisma que traspasa nuestras fronteras. Muchos países del planeta aspiran a tener uno propio. Valorémoslo.
¿Qué tiene el venezolano de Capriles?
Decencia, angustias y un profundo amor por su patria.
¿Cuándo es conformista y cuándo exigente?
El venezolano es conformista cuando no tiene nada y le dan algo, y exigente cuando ha logrado algo con esfuerzo y entiende lo que es progresar.
¿Cómo se vencen los miedos?
Afrontándolos. Y siempre son superables.
¿Son los emigrantes unos escapistas?
Erramos si generalizamos. Tanto emigrar como permanecer tiene sus razones singulares. Lo dijo un alto miembro del Gobierno: "A los que no les guste la inseguridad, que se vayan de Venezuela".
¿Le gusta al connacional que lo dominen?
Por las mujeres.
¿Y que lo mantengan?
¿A quién no? Lo triste es no aspirar a más nada.
¿Lo indoblegable del connacional?
Su cordialidad, su simpatía y su disposición amistosa. No se encuentra en el mundo otro gentilicio con esas virtudes naturales.
¿El "coco" de la Unidad Democrática?
Hoy, desbandarse por desespero.
¿Imagina a María Corina Machado almorzando con Cilia Flores?
Sí, pero sin comer, ni mirarse, ni dirigirse palabra. Cada una refugiada en la oportuna amabilidad de su Blackberry.
Si fracasa la conciliación, ¿qué tal un Muro de Berlín?
Y justo en Chacaíto. Pero probablemente no duraría mucho, por fallas en su construcción y mantenimiento.
Mientras, ¿qué recomienda para el equilibrio?
Una buena cuerda.
¿Qué agradece la psiquiatría nacional al proceso?
Ha hecho que la Psiquiatría hoy se conozca masivamente como especialidad médica.
¿Una esperanza para la oposición?
Necesitaba consenso y un líder para avanzar, y ya los tiene. Lo próximo, demandar de los líderes que exijan con toda reciedumbre las condiciones preelectorales indispensables para votar. No que nos las enumeren después.
¿Qué pasaría en Venezuela si la violencia se mantuviera con tan altos niveles de perversidad?
Yo eliminaría la palabra violencia de la pregunta, porque con ella limitamos a lo que realmente agrede y lesiona al país, que es la
"perversidad".
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