Lo que está en juego en las telecomunicaciones venezolanas hoy día no es sólo que el Estado se convierta, al mismo tiempo, en operador y regulador del sector, sino que además tendrá la potestad de participar y actuar en el mercado como mejor le parezca, llegando incluso, es probable, a una desleal competencia que ponga en peligro al resto de operadores del país y al avance que hasta ahora se ha logrado para tener, por lo menos, servicios de telefonía celular, fija y de Internet de banda ancha medianamente decentes en comparación con otras regiones o países. Durante el año pasado, el sector telecomunicaciones privado en pleno invirtió unos mil 158 millones de dólares, un 42% más que lo desembolsado en 2005, cuando las empresas gastaron en la adecuación de infraestructura y tecnologías unos 774 millones de dólares. Pero esos montos, que para este año podrían ser superiores, de acuerdo a los estimados de inversión de empresas como Cantv, antes de conocer que sería Nacionalizada y lo que se ha podido conocer del interés de inversiones de compañías como Digitel y en menor medida Movistar, entre otras, podrían disminuir y con ello generar una desmejora profunda en la calidad de los servicios, que ya ha comenzado a notarse en la telefonía móvil por la falta de espectro adicional para los operadoras Movistar y Movilnet. REGRESAR |