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Aún no se habían apagado las últimas brasas de la contienda de gobernadores en diciembre cuando de nuevo se activaron los mecanismos propagandísticos, que esta vez tenían que desarrollar en 10 días lo que les tomó 95 días en la campaña presidencial de octubre de 2012.El tono del discurso de Henrique Capriles se intensificó tanto como el ritmo de sus actividades de calle y los viajes que realizó a los estados.El tono de sus intervenciones, que antes no había sido confrontacional, esta vez se endureció hacia la élite del Gobierno y se volvió inclusivo e incluyente con los electores, opina el jefe de la fracción parlamentaria de AD, Edgar Zambrano. Eso constituyó la diferencia a grandes rasgos entre 2012 y 2013.'Creo que la diferencia es que, en la anterior campaña, Henrique no contrastó gestión pública. í‰l no confrontó con (Hugo) Chavez; al no hacerlo, los electores no tuvieron posibilidad de tomar una decisión. Al final, el verbo del Presidente se impuso. Pero luego de su fallecimiento, cesó la magia y los electores cayeron en la realidad. Y no estaban preparados para eso, porque Chavez nunca desarrolló la sucesión del liderazgo', afirma Zambrano.
Ya desde octubre del año pasado, algunas voces de los partidos inscritos en la Mesa de la Unidad (MUD) habían sugerido al candidato que emplazara a su contendor político, pero esa estrategia nunca se concretó en aquella ocasión. Ahora Capriles R. lo asumió como parte de la nueva ronda electoral y los analistas consideran que surtió efecto.
'Es positivo, en términos políticos, la insistencia en la denuncia', explica el miembro de la dirección nacional de Un Nuevo Tiempo, José Luis Farías.
Zambrano considera como un acierto del ex candidato de la MUD el contenido que le imprimió a sus palabras, con las que logró establecer una conexión de identidad con los electores en todo el país: 'Usó un lenguaje familiar, que tuvo gancho en los sectores mas desposeídos y que logró que mas de 700 mil chavistas votaran por él'.El secretario general de Avanzada Progresista, Ismael García, también se refiere al discurso, pero haciendo la diferenciación entre unos niveles y otros: 'Henrique le habló al país, no a la oposición. Reconoció a todos los sectores. Y con el término enchufados dejó clara una realidad: hizo la diferenciación entre el que se hizo rico con el Gobierno y el chavista común que aún espera que le resuelvan sus problemas'.
Desde el punto de vista logístico y organizativo, Farías destaca la ampliación de la participación, el fortalecimiento de la unidad y el mejoramiento de las relaciones interpartidistas de la MUD.
Para García, la ventaja se tradujo en la consolidación del liderazgo de Capriles R.: 'Ellos no tienen un líder, sino un personaje que no supo recibir la herencia de Chavez'.Desaciertos. Para Farías, el elemento negativo de la contienda electoral fue su inicio, ya que hubiese preferido que se pusiera en marcha a partir de enero, lo cual les habría dado mayor capacidad de maniobra.Por su parte, García es de la idea de que, vistos los resultados y tomando en consideración los 10 días que tuvieron para desplegar su propuesta proselitista, hay muy poco que criticar. 'Lo único que podría decir es que nos hizo falta tiempo', señala, para luego repetir la pregunta que ya otros se han hecho: '¿Qué hubiese pasado si la campaña se extendía por 15 días mas?'.Para Zambrano, la brevedad de la campaña fue un inconveniente, sobre todo para lograr el contrapeso: 'Hicimos la campaña de manera automatica y eso no permitió la utilización eficiente de todos los actores políticos que podían concatenarse'.Estima que no dio tiempo para engranar una maquinaria mas eficiente, sino que trabajaron con la misma estructura de octubre. 'La campaña fue de liderazgos nacionales y todo el peso recayó sobre el candidato', dice el dirigente adeco.También estimó que no fueron lo suficientemente asertivos para combatir el avasallamiento de los medios oficiales, que son los que mas influyen en los sectores de menores recursos y quienes conforman la mayoría de la población venezolana y la base del chavismo.
De cara al futuro, el presidente de Copei, Roberto Enríquez, plantea una tarea pendiente: 'Hay que adentrarse en los lugares mas remotos del país. Hacer trabajo político en la Venezuela adentro, porque casi todas las capitales las ganamos; ademas de organizar políticamente el descontento que genere el mandato de Nicolas Maduro'.
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