|
|
|
El auge del uso del dinero electrónico o digital (no-efectivo) tanto para las pequeñas operaciones que hacen los consumidores como en transacciones entre entidades y empresas ha llevado a muchos expertos a plantearse si Europa está ante el ocaso del dinero en efectivo.
A pesar de que puede parecer algo osado creer que los billetes y monedas pueden quedar relegados a un uso casi marginal en un plazo de unos 15 años, la sociedad europea ha asimilado otros cambios de conducta similar en menos tiempo.
Los pagos en "no efectivo" están cada vez más generalizados y no extraña su uso cuando se paga la compra con una tarjeta de crédito, se usa un pase electrónico para acceder a una autopista de peaje o se alquila una película a través de un descodificador, por no hablar del pago domiciliado en bancos de facturas y servicios.
Los datos del Consejo Europeo de Pagos muestran que los desembolsos hechos en "no efectivo" aumentaron 12% entre 2000 y 2004, aunque en países como España sus habitantes realizan menos de 100 operaciones de este tipo al año, menos de la mitad de las que se hacen en Holanda, Francia o el Reino Unido, según el World Payments Report 2006 elaborado por Capgemini.
Dinero caro.
Otros estudios, como el elaborado por McKinsey sobre medios de pago en Europa, destacan el elevado costo que para los bancos y los ciudadanos supone el manejo de dinero en efectivo.
Según McKinsey, el costo del manejo del dinero efectivo para la sociedad europea se calcula en 0,5% del producto interno bruto de la Unión Europea, es decir 50.000 millones de euros (68.0000 millones de dólares), ya que incluye entre otros gastos la impresión de billetes, su traslado entre entidades y comercios y su alojamiento en cajeros o en las sedes centrales de los bancos.
Fuentes de la Asociación Española de Banca explicaron que las instituciones financieras destinan una importante parte de sus gastos al manejo de efectivo, así como cuantiosos recursos de personal e infraestructuras, por lo que es de esperar que en los próximos años se vuelquen aún más en reducir el uso del efectivo.
El verdadero fomento del uso del dinero electrónico, según las mismas fuentes, requiere de una acción global en la que participen bancos, organismos públicos y comercios.
Esteban Sánchez, de Analistas Financieros, considera que el fracaso que en España tienen iniciativas como las tarjeta monedero se debe a que no eran cómodas ni simples para los usuarios REGRESAR |
| Fecha publicada: 08/08/2007
Fuente: El Nacional
Tema: economia
|
*** noticias no disponibles *** |
|
