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Si bien el brillo del oro negro mantiene encendido el motor de la economía, Venezuela no ha roto con la característica que explica el empobrecimiento de los últimos treinta años.
El economista y profesor del IESA, Miguel Ángel Santos, determina en el trabajo ¿Por qué está cayendo el desempleo en Venezuela?, elaborado para el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis), que al ajustar el efecto de la inflación, "el salario mínimo ha mantenido su poder de compra en términos reales, pero la remuneración promedio no ha cesado de caer".
De acuerdo con la Encuesta de Hogares del Instituto Nacional de Estadística, al cierre de 2005, último año disponible, "la remuneración mensual promedio por ocupado se encontraba 15% por debajo de lo registrado por el mismo instrumento para el cierre de 1998", afirma Miguel Ángel Santos.
"Para el cierre de 1998 la remuneración mensual promedio por ocupado era de 581 mil 760 bolívares (del año 2006), esto es 39,8% por encima del salario mínimo de entonces, unos 416 mil 120 bolívares (del año 2006)".
Miguel Ángel Santos añade que "desde entonces, la remuneración promedio por ocupado ha caído en 15% mientras que el salario mínimo ha crecido en términos reales en 10,6%, reduciéndose la brecha entre ambos a sólo 7,3% al cierre de 2005".
"El Gobierno continúa utilizando la evolución del salario mínimo en estos ocho años como indicador de mejora en el bienestar de los trabajadores, sin hacer ninguna referencia a la caída en la remuneración promedio por ocupado en términos reales", afirma Santos.
Si se ha reportado que el producto interno bruto por habitante se encuentra por encima de 1998, y las remuneraciones asociadas al trabajo se mantienen por debajo en términos reales, ¿dónde está la diferencia?
"La diferencia corresponde a las remuneraciones al capital", sostiene Miguel Ángel Santos.
Las causas que explican el prolongado declive de la remuneración promedio tienen que ver con la escasa productividad del trabajo.
"En un ambiente en donde no existe nueva inversión privada, agregar mano de obra sin agregar capital disminuye la productividad marginal del trabajo. En el largo plazo la remuneración promedio, cuyo vínculo con la productividad no se puede eludir, ha caído también. Esa situación no se puede revertir sin incrementar el stock de capital de la economía", explica el catedrático.
El maquillaje
El estudio también analiza el descenso de la tasa de desempleo, desde 17,2% en el segundo semestre de 2002 a 8,3% en el primer semestre de este año.
Entre los factores a tomar en cuenta destaca que "una fracción importante de esa caída en la desocupación viene dada por una fracción menor de los mayores de quince años buscando trabajo".
Amplía este aspecto y precisa que "el crecimiento en el producto registrado por habitante entre 2004-2006 y la práctica del INE de considerar inactivos a todos los participantes en las diferentes misiones educativas del Gobierno, se ha combinado para provocar una reducción en la oferta de mano de obra entre 718 mil 180 y 873 mil 196 personas en estos tres años".
La segunda razón de la caída en la desocupación "la constituye la creación de empleos dentro del sector público en números sin precedentes".
La consecuencia, indica Miguel Ángel Santos, es que "cuando se suman el número de personas que resultan de la caída en la tasa de actividad, ya sea ocasionada por el crecimiento económico o las misiones educativas, con el crecimiento en el número de empleados públicos, se obtiene un rango de 1 millón 174 mil 158 y 1 millón 459 mil 964 personas en sólo tres años, cuyo sustento podría depender directamente del Estado, ya sea a través de transferencias (a través de pagos condicionados al estudio o asistencia) o de remuneraciones directas".
Entre las conclusiones del estudio destaca que es fundamental el incremento de la inversión productiva para crear suficientes puestos de trabajo en el sector formal. REGRESAR |
| Fecha publicada: 15/10/2007
Fuente: El Universal
Tema: empleo
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