Los programas sociales que adelanta el Gobierno a través de las misiones benefician, principalmente, a obreros y amas de casa de bajo estrato socioeconómico. Un estudio realizado por la empresa Keystone Mercadeo Táctico señala que 18% de los miembros de la clase E percibe ingresos provenientes de entre dos a tres misiones.
"Observamos casos en el estrato E, en el cual había madres que no buscaban trabajo porque perciben algún ingreso cuidando niños medio día en su casa, reciben una pensión de la Misión Madres del Barrio, y están becadas por estudiar bachillerato los sábados", explicó José Antonio Pons, presidente de Keystone, quien señala que algunos de estos programas desincentiva la búsqueda del empleo.
Entre los hallazgos más importantes del estudio se observa que Mercal, Barrio Adentro y las casas de alimentación son las misiones de mayor influencia en el país. "La Misión Robinson es usada por el segmento femenino y dedicada a los oficios del hogar, mientras que los mayores usuarios del servicio Barrio Adentro son niños de entre 0 a 9 años de edad", señaló Pons.
"Los resultados del estudio esbozan una clara radiografía del mercado venezolano, segmentado en 15 grupos de consumidores, 15 tipos de familias, 11 estratos sociales y 8 áreas geográficas.
Se trata de una investigación que combina datos cualitativos y cuantitativos del consumidor, con auditorías en puntos de venta", explicó durante la presentación del estudio en un foro organizado por Fedecámaras.
Alimentos.
En relación con Mercal, la investigación arrojó que los productos de mayor incidencia o más buscados por los consumidores son pollo, mortadela y arroz. No obstante, resalta que los asiduos compradores de Mercal están migrando hacia los supermercados en búsqueda de productos de marca. "33% de los consumidores ubicados en las clases populares prefieren adquirir alimentos conocidos o de marca, y otro 33% busca calidad en los productos". Aseguró Pons que se ha incrementado la capacidad de compra del venezolano. "Hay más demanda, más consumo.
Los consumidores están volviendo a buscar marcas y más calidad en los productos".
Señala que los supermercados o grandes establecimientos expendedores de alimentos han aumentado en número en el país, pero que no están vendiendo más de lo que vendían en épocas anteriores, debido a las consecuencias de la regulación de precios. "Las bodegas aún son las principales bocas de venta, pero los mercados populares están bajando en preferencia".
El gasto en alimentos dentro del ingreso familiar continúa siendo importante, seguido de los productos de limpieza y cuidado personal, cosméticos y transporte.
Se destaca igualmente que los productos dietéticos comienzan a tener preferencia dentro de las clases populares. De acuerdo con estudios realizados anteriormente durante los años 1995 y 2001, se observa que los consumidores de bajos recursos económicos compran con mayor frecuencia edulcorantes, pan sueco y diet, así como bebidas en polvo y refrescos bajos en calorías y embutidos de pavo.
Ingresos.
El estudio reveló que en el país existe una clase social F, formada por personas que perciben ingresos de menos de 120.000 bolívares al año. Este segmento está constituido por aproximadamente 550.000 personas, el equivalente a 1,35% de la población.
También comentó que existe un patrón en el gasto de la población que se ubica en los estratos E y D, cuyos ingresos mensuales se ubican entre 650.000 bolívares y 4.950.000.
Otro dato que destaca es la gran capacidad de influencia de consumo de la clase obrera, que en número de personas supera los 4,2 millones y que tiene una capacidad de decisión de compra.
Resaltó el especialista en consumo masivo que uno de los negocios con mayor expansión en Venezuela son los mototaxis y los centros de comunicaciones informales. Además que muchos de los que están en los estratos C y D se muestran preocupados por la situación del país y por la inseguridad. REGRESAR |