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En el primer trimestre de 2007, la extinta Comisión Nacional para la Reforma Policial (Conarepol) consignó ante la Vicepresidencia de la República y el Ministerio del Interior y Justicia (MIJ) un Plan Estratégico de Acción para la implementación del nuevo modelo policial en Venezuela.
Si bien el equipo multidisciplinario que encabezó el entonces titular de Interior, Jesse Chacón, estaba consciente de que la transformación de los cuerpos uniformados no constituye una solución mágica al problema de la inseguridad, sí consideran que es un primer paso para garantizar la seguridad ciudadana. 'No es posible resolver el problema de la seguridad con la policía que tenemos', era la premisa de trabajo.
De acuerdo con la propuesta, el proceso de transformación de las policías podía ejecutarse en cinco años -incluyendo la activación del cuerpo de Policía Nacional- siempre y cuando el Gobierno respetase una mínima condición: el equipo a cargo del proyecto no podía depender de los cambios ministeriales, debía ser permanente.
Pero la condición no se cumplió: con la salida de Chacón del MIJ y la designación de Pedro Carreño en enero de 2007 se disolvió la Conarepol y se paralizó la reforma policial. Ramón Rodríguez Chacín llegó al despacho en enero de 2008, convocó al viejo equipo de trabajo y logró la sanción de la Ley de Policía Nacional y del Servicio de Policía, aun con sus 'fallas' según los expertos.
La ley es insuficiente
Para Luis Gerardo Gabaldón, criminólogo y representante de la Conarepol, el modelo policial consignado no se limita a la redacción de la ley. 'Siempre pensamos que lo importante era modificar y estandarizar las policías que existen en el país antes de crear una nueva'.
Con 'voluntad política', en este año y medio que ha transcurrido desde que la Conarepol presentó al Ejecutivo el cronograma de trabajo, al menos se hubiesen podido diseñar los estándares y el programa de asistencia técnica para la acreditación nacional de todos los cuerpos policiales (con su aplicación en al menos ocho policías); elaborar el currículo básico común y el plan de formación continua para todas las policías del país; realizar el diagnóstico institucional y el plan de disolución de la Policía Metropolitana y de Tránsito Terrestre.
Además, se hubiesen podido aplicar medidas inmediatas para favorecer la transición, como depurar las instituciones policiales; levantar un inventario digitalizado con todas las armas en poder de los cuerpos de seguridad; dotar a los organismos con equipos básicos de unidades móviles, chalecos para la protección, bastón como arma inmediata y tecnología (teléfonos, Internet); nivelar a los policías en lectoescritura y formarlos en derechos humanos y uso de la fuerza. Medida esta última que se viene cumpliendo, según funcionarios del MIJ.
'En el registro del parque de armas, que es fundamental para controlar el uso indebido de las armas, no se ha progresado, porque la Darfa no se pone de acuerdo con el MIJ y aparentemente no tiene recursos para ello', advierte el experto.
Falta de visión estratégica
Gabaldón observa con 'mucha preocupación' la situación, pues tal como reza el proverbio, asegura que 'hay mucho ruido y pocas nueces'.
'No veo mucha coherencia en la acción del MIJ para implementar la reforma. Es una cosa espasmódica, avanzan a saltos, sin mucha sindéresis. Se atropellan por llevar a cabo ciertas cosas (como la creación de la policía comunal), sin la debida planificación, la debida coordinación, lo cual es muy riesgoso, porque este trabajo debe hacerse con seriedad si se va a convertir en un modelo nacional'.
A su juicio, el recurso económico no ha sido obstáculo para llevar a cabo la reforma policial. Considera que el problema radica en 'falta de visión estratégica' por parte del Ejecutivo nacional, 'falta de comprensión del nuevo modelo policial, que no es un control centralizado por parte del Ministerio del Interior, sino el marco institucional para el desarrollo de una nueva policía'.
Además, estima que el hecho de estar en precampaña electoral 'no ayuda' a la transformación de las instituciones oficiales. 'Hay mucha aprehensión de lado y lado en torno a qué van a hacer los ganadores en los comicios con las policías como centro de poder (... ) También con los niveles de criminalidad tan altos, el mismo Gobierno está un poco aturdido y quizás responde con medidas efectistas por la cuestión electoral'.
Plazos gubernamentales
De acuerdo con el cronograma que maneja Rodríguez Chacín, en marzo de 2009 entrará en funcionamiento el cuerpo de Policía Nacional, cuya estructura jurídica (Estatuto de la Función Policial, el Reglamento del Servicio de Policía y el Reglamento del Cuerpo de Policía Nacional) debe estar lista en julio.
'Ya la presentación de la organización completa, cómo va a ser el organigrama, los cargos, el reglamento de funcionamiento de la Policía Nacional, estará listo en septiembre', precisó el ministro a finales de mayo en rueda de prensa.
Asimismo, adelantó que a partir del mes de septiembre las policías estadales y municipales deberán adecuar su funcionamiento a los criterios que diseña el despacho del Interior.
Para Gabaldón, resulta difícil confiar en el cabal cumplimiento de este cronograma. 'Si siguen con la dispersión y descoordinación que muestran actualmente, el proceso de cambio será más largo quizás que el previsto por nosotros, de 5 años'. REGRESAR |
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