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No será fácil vivir en América Latina durante 2009. Mucho menos en Argentina que junto a Venezuela sufrirán -entre otras cosas- un desplome sostenido de los precios globales de los granos y el petróleo. Así lo reflejó un informe presentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que señala el año próximo como 'más difícil que el actual en cuanto a crecimiento y manejo económico'. Se debe, según el informe -apoyado en las estimaciones de los bancos de inversión JP Morgan y Lehman Brothers-, a una desaceleración global, la caídas en los precios de las materias primas -en el caso argentino, pagará las consecuencias de haber usado los ingresos extraordinarios de los precios récord de las materias primas en años recientes para impulsar el creciente gasto público- y alzas en las tasas claves para controlar la inflación. Aunque la región se encuentra mejor preparada que en el pasado para encarar crisis financieras internacionales, 'el camino se pondrá cuesta arriba', según el informe internacional, y sólo recién en la segunda mitad de 2009 se podría comenzar 'a vislumbrar un horizonte algo más benigno'. Si el 2008 era malo el 2009 será peor Guillermo Mondino, jefe de investigación de mercados emergentes de Lehman Brothers, explicó que 'el 2008 ya está jugado. Para la región hay que prepararse para un 2009 mucho más difícil que este año'. Si este año se espera que la región crezca poco más de un 4,5 por ciento, su expansión en 2009 sería alrededor de un punto porcentual menos. 'El crecimiento va a caer todavía más. Este año esperamos 4,0 y el próximo 3,4 por ciento', sostuvo Luis Oganes, jefe de Investigación Económica para América Latina del banco JP Morgan. La CEPAL estimó una expansión de un 4,0 por ciento en 2009. Según los analistas, Latinoamérica se va a enfrentar no sólo a la desaceleración de la actividad en Estados Unidos, sino que también, y de manera importante, al retroceso de Europa y Asia, principales destinos de las exportaciones de la región. Mauricio Fabres, secretario general del Centro de Economistas de La Plata, Berisso y Ensenada, explicó a Hoy que 'el próximo año será complicado, en especial, para la clase media. Las expectativas económicas no son las mejores, y se proyectan más aumentos en los precios -ya sean de consumo básico o de lujo-'. Y agregó: 'No sólo se debe a la caída de los granos o la utilización de recursos extraordinarios sino a la falta de un plan económico seguro, que permita la llegada de inversores. Sin reglas claras, no hay crecimiento'. Tres razones En un futuro comprometido para el país -y Latinoamérica-, el principal motivo es la aceleración de la inflación que en 2007 interrumpió la tendencia a la baja que mostraba desde 2002 y se ubicó en 6,5%, frente al 5% anotado en 2006. Este problema, que se refleja perfectamente en Argentina e impacta con mayor fuerza sobre la clase media, se traduce en el alza de los precios de los alimentos y de los combustibles desde la segunda mitad del año pasado. La aceleración inflacionaria implicó un aumento en las tasas de interés por parte de los bancos centrales, lo que también tendría un efecto contractivo del PIB regional. En segundo término, una profundización de la desaceleración de la economía de Estados Unidos tendría mayor impacto en Centroamérica y México cuyas ventas externas, sobre todo de manufacturas, están concentradas en este país como destino. Adicionalmente, esa coyuntura podría tener repercusiones sobre el mercado de trabajo en los Estados Unidos, determinando una reducción de las remesas enviadas por trabajadores emigrantes hacia esos países. Por último, la desaceleración de las economías desarrolladas podría provocar una menor demanda de bienes primarios, por lo que no se descarta una reducción en sus precios internacionales, aunque la CEPAL estima probable que se mantengan altos con respecto a los de 2003, fenómeno que afectaría en mayor medida a países de América del Sur. Hay que preocuparse En momentos en que el crecimiento se enfría en todo el mundo, incluyendo China, y cae la demanda por materias primas, muchos analistas creen que es improbable que los precios de los commodities retomen las alturas de hace unos meses. Se trata de un cambio importante para los países en desarrollo, cuyas economías dependen mucho más de las materias primas que Estados Unidos y Europa, y donde la inflación está muy influenciada por la evolución de los precios de las commodities. Según The Wall Street Journal, los analistas internacionales están especialmente preocupados por la Argentina y Venezuela: 'La deuda argentina asciende al 55 por ciento del PBI y el Gobierno está usando los ingresos extraordinarios de la soja y otras exportaciones para financiar un alza del gasto'. A diferencia de auges anteriores de las commodities, esta vez muchos productores han utilizado bien los ingresos, según economistas, apartando gran parte de las ganancias para uso futuro. Es el caso de Chile que, tal como sostuvo el economista Ricardo Arriazu, tienen como política ahorrar todo lo que recibe por sus exportaciones de cobre si la cotización del metal está por encima de un valor prefijado. El efecto precio Contar con un diagnóstico compartido sobre los efectos en América Latina y el Caribe de la volatilidad en los precios de alimentos y combustibles que ayude a rediseñar políticas para enfrentar mejor la situación es la meta de un encuentro organizado por la CEPAL. Los precios de los alimentos seguirán aumentando hasta 2015 por razones de oferta y demanda, señaló Máximo Torero, director de la división de Mercados, Comercio e Instituciones y coordinador para América Latina y el Caribe del Instituto Internacional de Investigaciones sobre Políticas Alimentarias. Destacó, además, que algunos países han impuestos medidas para paliar estas alzas a nivel nacional, pero que algunas de ellas han profundizado la crisis. El consumo de petróleo aumentó en 1,1% en 2007, el de gas en 3,1% y que el consumo mundial de energía lo hizo en 2,4%. La CEPAL propuso tres opciones para enfrentar este aumento del consumo: lograr un uso más eficiente de la energía, aumentar el uso de las fuentes renovables y promover el desarrollo acelerado de nuevas tecnologías que permitan el uso de combustibles fósiles con menor emisión y también el uso de tecnologías nucleares. La crisis aumentará la pobreza El sostenido aumento de los precios y de los hidrocarburos tendrá graves efectos en la sociedad. Habrá 3% más de pobres. El sostenido aumento en los precios de los alimentos y en el valor de los hidrocarburos, según las proyecciones, tendrá graves efectos sobre la pobreza y la distribución del ingreso en los países de América Latina y el Caribe. Así lo señala la CEPAL en su informe Estudio económico de América Latina y el Caribe, 2007-2008. Según un ejercicio de simulación para aislar y evaluar el impacto del aumento de los precios de los alimentos, un incremento del 15% en el valor de estos productos implicaría un crecimiento de la pobreza de casi 3 puntos porcentuales, que afectaría a más de 15 millones de personas. La situación ha provocado un aumento de las demandas para que los sectores públicos protejan a los consumidores para disminuir la transmisión hacia el mercado doméstico de los aumentos en los precios externos que han causado el deterioro en los niveles de ingreso de los grupos de menores recursos. El aumento de los precios de los alimentos castiga más a quienes destinan una mayor proporción de su ingreso para adquirirlos, sostiene la CEPAL. Una familia de bajos ingresos destinará un mayor porcentaje de ellos a comprar los alimentos básicos para cubrir sus requerimientos nutricionales. Los países enfrentan una difícil disyuntiva. Su capacidad para mitigar el efecto de estas alzas guarda estrecha relación con las holguras o espacios fiscales disponibles. Según la CEPAL, los programas focalizados son más eficientes en el largo plazo, suponen un menor costo fiscal y evitan el sacrificio de otros programas públicos de alta prioridad (como el gasto en salud, por ejemplo). Pero son más difíciles de implementar en el corto plazo y más exigentes. La inflación, un enemigo a temer Tras continuos descensos desde 2002, la inflación en América Latina y el Caribe subieron a un 6,5 por ciento en 2007 y a junio de 2008 ya acumula un alza de doce meses de 8,9 por ciento. Este fenómeno afecta a casi toda la región y presenta varios problemas y dilemas de política a los gobiernos. Debido al alza en los precios de productos básicos como el petróleo y los alimentos, la inflación aumentó en prácticamente todos los países del mundo, pero el impacto fue mayor en las naciones emergentes que en los países desarrollados. Las cifras de inflación en los países de América Latina y el Caribe varían entre un 5 y 32 por ciento a junio de 2008 (doce meses), mientras que el aumento en los precios de los alimentos en la región acumula un 15,7 por ciento en el mismo período, luego de anotar un incremento de 10,7 por ciento en 2007. En Brasil, Perú y México el impacto de la inflación fue relativamente menor. El repunte inflacionario genera diversas preocupaciones. En primer lugar, afecta en forma desproporcionada a la población de menores ingresos por el alto impacto de las alzas en alimentos y combustibles. En segundo lugar, la inflación genera incertidumbre, deteriorando el clima para la inversión y el crecimiento de largo plazo. Por último, las políticas anti-inflacionarias pueden acarrear importantes costos de corto y mediano plazo, en términos de crecimiento y empleo. Frente a esta problemática, varios países de la región adoptaron una política monetaria más contractiva, y se planteó que la política fiscal adopte también un énfasis anti-inflacionario. En el caso de Venezuela despilfarramos la época de las vacas gordas y para colmo, no tenemos ni con qué pagar las deudas, las importaciones, los compromisos laborales, honrar el presupuesto, para más, con la mayor inflación del mundo y uno de los riesgos país más alto del globo. ✍ S. REGRESAR


Fecha publicada: 11/09/2008
Fuente: Reporte
Tema: economia

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