Cuando el próximo 15 de mayo Argelia Ugas reciba el sobre de la quincena, seguramente esbozará una sonrisa. Ese día comenzará a recibir el primer tramo (10%) del incremento decretado por el presidente Hugo Chávez sobre el salario mínimo para este año; un alza que según analistas se quedará corta frente a los embates de la inestable economía venezolana.
El economista Abelardo Daza ofrece una primera aproximación al tema. Señala que al ser un reflejo de los ciclos petroleros, el salario mínimo real -ese que mide el poder de compra del trabajadorexperimentó entre 2003 y 2007 un repunte de 60% apalancado en el alza de los precios del crudo.
Este aumento, a su vez, impulsó el crecimiento de la economía durante los últimos cinco años.
Ciertamente, hasta 2007, el salario mínimo logró ganarle la carrera a la inflación, permitiendo a cerca de 30% de la población activa que percibe la remuneración básica incrementar su poder adquisitivo. Para ese año un solo salario mínimo (Bs.F. 614,79) lograba cubrir la canasta alimentaria oficial (Bs.F. 609,23).
Pero los buenos tiempos llegaron a su fin. Desde el último trimestre de 2008, el menor crecimiento de la economía y el au
En 2007, un salario mínimo cubría el costo de la canasta alimenticia normativa del Gobierno
mento de la inflación hicieron retroceder el poder real de compra del salario mínimo, que cayó 5% en comparación con el año anterior, apunta Daza. Esto concuerda con el fin de un ciclo de buenos precios petroleros.
Las proyecciones del profesor del Iesa para 2009 no son nada halagadoras, al estimar que en términos reales el sueldo mínimo retrocederá otro 10%; una tendencia que dice se replicará en 2010, a menos que los precios del crudo repunten.
1.836,04 bolívares fuertes.
Esto quiere decir que sin tomar en cuenta el aumento de precios de los últimos dos meses, una familia típica de cinco miembros necesitará el equivalente de 2,1 sueldos mínimos de los nuevos (unos 1.846 bolívares) para cubrir su costo. Por suerte, las estadísticas oficiales señalan que cada hogar venezolano recibe el equivalente de 2,4 salarios básicos. Aunque este no es el caso de Argelia.
Para el profesor Oscar Meza, director del Centro de Documentación de Análisis Social de la Federación de Maestros (Cendas), la situación para los trabajadores que ganan salario mínimo es aún más crítica, pues las cifras oficiales toman en cuenta valores que no se corresponden a la realidad del mercado.
Recuerda que sólo en el rubro de alimentos, la inflación anualizada marzo 2008-marzo 2009 se ubicó en 40,1% (38,9% en el caso de los alimentos), lo que a su juicio deja sin efecto el aumento de 30% del salario mínimo decretado el año pasado y el 10% que comienza a regir esta semana. 'El alza de los alimentos es cuatro veces el ajuste del salario básico', acota.
Además de ello -dice Meza- al aumento del sueldo básico deben restarse los tres puntos porcentuales que subió el Impuesto al Valor Agregado (IVA) desde abril, lo que significa que el incremento real que recibirán los trabajadores será de 7%.
Y ello sin contar aumentos que impactan directamente a los que menos ganan, como el 25% de alza en el transporte público urbano y el 30% que comenzará a regir este 1° de mayo en el transporte interurbano.
Verdad a medias Mientras que voceros de la propia Fedecámaras señalaron en su momento que el aumento de 20% del salario mínimo era insuficiente, tomando en cuenta las expectativas inflacionarias, desde el lado del Gobierno la defensa de la medida es férrea.
Reiteradamente, el presidente Chávez afirma que el salario mínimo del venezolano es el más alto de América Latina, y tiene razón. A partir de mayo, el sueldo básico (Bs.F. 879,16) será equivalente a 410 dólares a tasa oficial.
La razón sigue acompañando al Presidente cuando dice que, una vez efectiva el alza de 10% prevista para septiembre de este año, la remuneración más baja se ubicará en Bs.F. 959,07 ó $ 446, a cambio oficial.
Pero en el otro lado de la acera, varios economistas opinan que la equivalencia se desploma cuando la remuneración básica se pasa a dólares tomando como referencia el cambio paralelo. Este indicador, según los expertos, es el más acertado.
De allí que el economista Jesús Casique diga que aunque en Venezuela existe 'ese gran salario', su incapacidad de compra lo hace mucho más pobre que sus equivalentes de la región.
Similar apreciación sostiene Abelardo Daza, para quien mientras no se establezca una verdadera política de estímulo de la productividad y racionalización del gasto público, el aumento del salario mínimo, por pequeño que sea, tendrá consecuencias inflacionarias. REGRESAR |