Un artículo publicado en el New York Times de este jueves ahonda sobre la relación entre Stanford International y los capitales venezolanos. El dinero proveniente de la bonanza petrolera levantó fortunas cuyos propietarios buscaban un vehículo para enviar capitales al exterior. El Stanford de Antigua representó el canal ideal para este objetivo, indica el texto del periodista Simón Romero. Destaca también como la construcción de la Torre de El Rosal, en el corazón de la zona bursátil y bancaria, fue un extraño signo de confianza en una época de nacionalizaciones galopantes.
Rocío Fernández, vocera de Stanford en Caracas, dijo al diario neoyorquino que estaban buscando suavizar las preocupaciones de los inversionistas, pero esto ocurrió antes del anuncio oficial de intervención. Asimismo el economista Francisco Faraco, consultado sobre el caso, dijo directamente que la salida de capitales criollos hacia la sucursal de Antigua contribuyó con la fuga de divisas y ayudó a socavar el valor de la moneda. Se menciona, por último, la venta del edificio del banco a la aerolínea Aserca a finales del año pasado. REGRESAR |