| El periodista Hugo Alconada Mon, autor del libro 'Los secretos de la valija', cuenta a Noticias24 detalles aún no revelados del 'valijagate'. Cuando Cristina Fernández de Kirchner asumió el poder en Argentina no se imaginó que muy pronto estallaría un escándalo internacional centrado en un maletín con 800 mil dólares, presuntamente provenientes del gobierno de Hugo Chávez y destinados a su campaña. Durante el desarrollo del caso 'valijagate', Guido Antonini Wilson, Franklin Durán, Moisés Maiónica, Carlos Kauffmann, Antonio José Canchica y Rodolfo Wanseele Paciello se perfilaron como los protagonistas de una historia que parece enterrada, pero que nunca se aclaró en su totalidad. Los 800 mil dólares del maletín que descubrió la ex agente de aduanas María Telpuk, presuntamente habían salido de las arcas de Petróleos de Venezuela y tenían como propósito financiar la campaña que llevó a Fernández de Kirchner a la presidencia de Argentina, lo que supuso fuertes acusaciones desde diversos sectores, tanto nacionales como internaciones, contra el gobierno del presidente venezolano Hugo Chávez sobre su 'intervencionismo' en otros países con 'petrodólares' y la corrupción de su administración. Sin embargo, desde Caracas, voceros del gobierno acallaron esos señalamientos diciendo que se trataba de un montaje orquestado desde el gobierno de los Estados Unidos, evidenciado por la colaboración de Antonini Wilson con el FBI. Por este caso, el abogado venezolano Moisés Maiónica y Franklin Durán fueron condenados en Estados Unidos, tras declararse culpables por conspirar y actuar sin autorización en ese país como agentes del Gobierno de Venezuela. Asimismo, Carlos Kauffmann y Rodolfo Wanseelle recibieron el peso de la justicia estadounidense. El caso pareció morir Mientras tanto, en Venezuela, el caso pareció morir lentamente luego de meses ocupando grandes titulares, en tanto que en Argentina se pidió la captura internacional de Guido Antonini Wilson, Diego Uzcátegui y Daniel Uzcátegui. El sonado caso del 'valijagate' aun no ha tenido su capítulo final, y precisamente, con el fruto de sus extensas investigaciones para el periódico argentino La Nación, el periodista Hugo Alconada Mon, presenta el libro 'Los secretos de la valija' (Planeta) y ha contestado a Noticias24 algunas preguntas. - ¿Cómo afectó el sonado caso del maletín en la imagen de la administración de Cristina Fernández de Kirchner? El llamado 'caso Antonini' afectó mucho la gestión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner desde su mismo inicio. Hay que recordar que ella asumió y apenas 24 horas después se conocieron los arrestos de las cuatro personas en Miami. Evaporó la 'luna de miel' que todo nuevo gobernante goza durante los primeros meses o, por lo menos, semanas. - Ha dicho en su libro que varias grabaciones revelarían que Guido Antonini no tenía nada que ver con el maletín, entonces, ¿Cuál es el papel de Antonini en este caso? Antonini se subió al avión con el fin de hablar con el funcionario argentino Claudio Uberti de negocios. Él quería participar en las licitaciones que se convocarían para el proyectado gasoducto que uniría a Venezuela con la Argentina. Pero la historia cambió, como es obvio, desde que arribaron al Aeroparque en Buenos Aires. - ¿Cuál es el mensaje o la lectura que saca usted ante la actuación de los gobiernos de Argentina y Venezuela? Que intentaron encubrir lo que en verdad pasó por todos los medios. Avanzaron por la senda ilícita, delictual, para tapar la verdad. - ¿Considera que se ha investigado a profundidad el tema en ambos países? No. Tajantemente no. Y, en particular, en Venezuela. Porque en la Argentina, al menos, se citó a declarar a algunos protagonistas y se ordenó la captura internacional de Antonini y de los Uzcátegui, Diego y Daniel. - ¿Cree que hay altos funcionarios de los gobiernos de Argentina, EE.UU y Venezuela involucrados en este caso? Sí. Los documentos, las grabaciones y mis fuentes en ambos países indican que funcionarios de la Argentina y de Venezuela participaron en el caso y en su encubrimiento posterior. Los norteamericanos no tuvieron nada que ver en este escándalo. - ¿Cree que directamente Hugo Chávez o Cristina Fernández de Kirchner tienen intereses en que no se sepa concretamente el origen y el destino de la valija? El presidente Hugo Chávez se involucró en el asunto, según afirmaron varios de sus funcionarios, incluidos el cónsul venezolano en Miami y el jefe de la DISIP. Se involucró, por lo menos, desde el momento en que comenzó a dar órdenes para completar el encubrimiento y darle a Antonini lo que quisiera. El caso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner es distinto. Ella jamás se involucró en la gestión diaria de su campaña electoral, ni coordinó a quienes trabajaron como sus recaudadores. Eso lo manejaron otros, al igual que los intentos de encubrimiento, que ocurrieron por debajo de ella o de manera paralela a ella. - ¿Cómo pondera la actuación de la justicia estadounidense en este caso? Los fiscales norteamericanos apostaron a lo seguro. En vez de acusar a los detenidos de delitos más complejos, optaron por presentar cargos menores, pero más fáciles de probar, de modo de mejorar sus probabilidades de obtener condenas, como ocurrió. A esto se suma que, dado el alto perfil público y mediático del caso, trascendieron muchos datos importantísimos sobre lo que ocurría dentro del gobierno venezolano y en su relación con el gobierno argentino. Pero a diferencia de lo que creen en el Palacio de Miraflores y en la Casa Rosada, los fiscales norteamericanos y el FBI no difundieron mucha, muchísima información adicional, muy comprometedora de ambos países y, en especial, de Venezuela. - ¿Es usted partidario de la versión impulsada por el gobierno venezolano de que todo el caso se trata de un montaje de EE.UU.? No. Es cierto que los fiscales y el FBI aprovecharon la oportunidad para mejorar su imagen mediática. Pero no fue un montaje. Si no, ¿Cómo se explican los llamados de Henry Rangel Silva, Tarek el Aissami y tantos otros a los protagonistas de este caso? ¿Para qué los llamaron? ¿Por qué? ¿Para qué viajó un agente de la DISIP a reunirse con Antonini en Fort Lauderdale? ¿Por qué enviaron al abogado Moisés Maiónica como emisario de Caracas? ¿Por qué, además, PDVSA se comprometió a pagarle los abogados en la Argentina a Antonini? Porque hay que recordar, por ejemplo, que los abogados que intervinieron o intentaron intervenir en Buenos Aires en nombre de Antonini fueron convocados por el gobierno venezolano. - ¿Cuáles cree que son los intereses en juego en la investigación? ¿Los míos o los intereses de los estadounidenses? Si alude a los míos; conocer lo que realmente pasó. Me fui metiendo más y más en la investigación hasta casi obsesionarme. En el caso de los norteamericanos, creo que el FBI y los fiscales vislumbraron una oportunidad mediática de primera para mejorar su imagen pública y desde Washington vieron con agrado lo que pasaba pues el caso se convirtió en un ejemplo concreto de cómo Chávez intenta influir en otros países. Con su ideología pero, por sobretodo, con los petrodólares. - ¿Encontró algún tipo de trabas u obstáculos para obtener información sobre el caso? Sí, muchísimas. Los tres gobiernos se esforzaron por bloquear la información. Es previsible que los funcionarios argentinos y venezolanos negaran todo, tergiversaran lo que ocurría y, además, bloquearan el acceso a documentos. Pero, a contrapelo de lo que creen en Caracas y en Buenos Aires, los norteamericanos tampoco querían que se filtrara información. Sólo querían que trascendiera lo que ellos desclasificaban en el juicio. Por eso es que los audios secretos que tiene el FBI y yo revelo en el libro, no me lo pasaron desde adentro del FBI. Fue una de las defensas del juicio. - ¿Trae alguna revelación su libro con respecto al caso, algo que no se sepa hasta ahora? Sí. Que esta historia es mucho más profunda, compleja y simple a la vez. Y que para este grupo de personajes no era la primera vez que se vinculaban con el gobierno chavista. Un año antes, financiaron vuelos a 24 países de Oceanía, África y Asia para promover el ingreso de Chávez al Consejo de Seguridad de la ONU. Todo, bajo órdenes de la Cancillería venezolana y con la promesa de reintegro de gastos por PDVSA. - ¿Está sepultado el caso del maletín para las autoridades argentinas y las venezolanas? Es una incógnita. La impresión es que en ambos países, las investigaciones serán muy difíciles, salvo que la presión social aumente de manera sustancial. -¿Ud. considera que el caso de la valija es el 'Watergate' de Chávez y CK? En el caso de Chávez, podría serlo. En el caso de Cristina Fernández de Kirchner, no lo creo. Le reitero, creo que las órdenes de encubrimiento pasaron por debajo de ella o paralelo a ella, como ocurrió con tantas otras medidas u órdenes dadas en el último año y medio. -¿Posee alguna información referente a los negocios en Venoco que mantenía Antonini con Franklin Durán y Carlos Kauffmann? No mucho más de lo que ya se sabe. Antonini conocía a Durán y a Kauffmann desde hace muchos años, colaboró con ellos, viajó con ellos, los ayudó muchas veces, pero no era su socio, aunque tampoco es que fuera un mero 'chofer' como lo ninguneó Kauffmann cuando lo entrevistó el diario LA NACIÓN. Era muchísimo más que eso. -¿Cómo logró Antonini colaborar con las autoridades del FBI? El factor decisivo para eso fue su abogada, Theresa van Vliet. Ella fue la clave y el puente para que Antonini se acercara al FBI. -¿A su juicio quién tuvo mayor responsabilidad en este asunto, Julio De Vido, Claudio Uberti o Diego Uzcátegui? No lo sé. Es difícil precisarlo y, hasta cierto punto, resulta irrelevante precisar quién fue más responsable. Lo que sí sé es que los tres son protagonistas centrales de toda esta historia. Desde su génesis, y de todo el escándalo. -¿Qué lectura puede ofrecerle al tratamiento mediático de este caso en Venezuela, tomando en consideración que el gobierno de Chávez descalificó todo lo relacionado con este tema? Que muchos medios venezolanos aceptaron sin más la versión oficial que difundió el gobierno chavista, algo que también ocurrió en la Argentina. También creo que varios medios venezolanos pudieron (¿debieron?) esforzarse más por buscar qué pasó en realidad. Sé, de todos modos, que la presión gubernamental sobre los medios aumenta cada día y eso complica hasta lo indecible el libre ejercicio de la profesión. Aunque Internet es, cada día más, una grieta en la pared. Permite avanzar allí donde los medios tradicionales no pueden. -¿Ud. cree que su libro podrá ser distribuido en Venezuela? Es una muy buena pregunta. Depende de muchos factores, empezando por el interés que demuestren los venezolanos por leer el libro. Depende, en suma, de ustedes. REGRESAR |
